Dr. Stockmann representa al idealista extremo que no tiene sentido del lado práctico de la vida. Su idealismo lo ciega a los procedimientos ordinarios de la actividad cotidiana.
Como idealista, el Dr. Stockmann cree firmemente en la libertad individual y en el derecho de todo hombre a expresarse libremente. No puede formar parte de ningún acto deshonesto o poco ético. Así que no puede doblarse en ningún sentido de la palabra. Se caracteriza precisamente por ser muy impetuoso. Tan pronto como se entera de las malas condiciones sanitarias de los balnearios, inmediatamente hace pública la noticia y se niega a escuchar cualquier compromiso y exige que se rehagan las tuberías de agua. No trata de convencer a la gente de su visión, sino que va directa y ciegamente a una mejora requerida. Por lo tanto, es su falta de tacto y comprensión de los asuntos prácticos lo que lo coloca en una posición tan incómoda.
Hay, sin embargo, un toque de celosa venganza en Dr. Stockman. Estaba irritado porque el burgomaestre no construyó los tubos según las especificaciones originales del médico y, por lo tanto, está encantado de poder demostrar que el burgomaestre estaba equivocado.
Además, el idealismo del Dr. Stockmann está algo confundido. Él no es consistente. En un momento, sostiene que la gente común no tiene derecho a tener voz en el gobierno. Pero esto es lo que el burgomaestre le había dicho previamente al médico y el médico había afirmado firmemente el derecho de todo ciudadano a expresar sus propias opiniones. Asimismo, sugiere que las personas comunes son como animales malditos o inmundos y nunca pueden ser educados para asumir un papel significativo en el desarrollo de una sociedad. Sin embargo, al final, atrapará a algunos «bastardos de la calle» y los educará para expulsar a los lobos del gobierno.
Dr. Stockmann se salva como personaje porque antepone sus principios a sus propios deseos y ganancias. No se siente tentado por las recompensas financieras lo suficiente como para negar la veracidad de las condiciones del baño. Está completamente disgustado con las interpretaciones mezquinas y deshonestas de sus acciones. Y como hombre de gran integridad personal, desprecia una gran herencia para mantener una responsabilidad ética y moral hacia sí mismo y su comunidad.
