Travesura



Análisis de personajes de Dido

Dido es la reina de Cartago. Virgilio la retrata como la contraparte igual y femenina de Eneas. Es una antagonista, una mujer fuerte, decidida e independiente que posee dimensiones heroicas. Al igual que Eneas, Dido huyó de su tierra natal por circunstancias fuera de su control. Expulsa a su pueblo de Tiro y funda Cartago. Ella encarna las cualidades de un líder que Eneas respeta y espera emplear cuando funda Roma. Ella gobierna a los cartagineses con justicia y justicia, manteniendo así el orden. Como el personaje de Eneas, el personaje de Dido representa lo mejor de su raza.

Mientras Juno y Venus manipulan a Dido y Eneas, Dido se enamora de Eneas. Se descuidan los proyectos de construcción que se están realizando en Cartago y no se mantiene la defensa de la ciudad. Virgilio advierte que el amor fuera de control puede causar desorden, tanto físico como emocional. Él comenta: «¿Qué son los santuarios y los votos para los amantes enloquecidos? / El fuego interior devora la tierna médula, / Y la herida interior sangra en silencio». Dido prueba el comentario de Virgilio cuando ataca a los dioses. No tiene fe en los dioses ni en el destino, mostrando síntomas de locura psicológica. Desafortunadamente para Dido, su relación con Eneas está destinada a terminar trágicamente, en parte porque Juno y Venus interfieren y en parte porque Eneas debe continuar su viaje para cumplir su destino.

En el Libro IV, Dido sabe que su relación con Eneas está condenada al fracaso. Se da cuenta de que su amor/lujuria por Eneas es su perdición; sin embargo, no puede cambiar el curso de los acontecimientos. Se pregunta: «¿Qué digo? ¿Dónde estoy? ¿Qué locura / me quita de mí misma? Dido, pobre alma, / tu maldad ha vuelto a ti».

Virgilio compara la pasión descontrolada de Dido con un fuego consumidor que no se puede extinguir: «La reina, a su vez, toda esa noche dolió / Con anhelo que alimentaba la sangre de su corazón, una herida / O fuego interior que la devoraba». Más tarde, cuando se entera de que Eneas planea abandonar Cartago, está «totalmente ardiendo / enojada». Oportunamente, Dido muere en una pira utilizada para quemar cadáveres en ritos funerarios, suicidándose con la espada de Eneas. Su suicidio, un acto de valentía, demuestra que es una heroína trágica y romántica.



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