L. Macbeth se refiere a cuando tenía las manos manchadas de sangre de Duncan. Había dejado la sangre de las dagas con los guardias durmientes. L.Macbeth está sufriendo flashbacks que aluden a gran parte de la obra. Su conciencia la está molestando. Ella dice que nada, ni siquiera los perfumes de Arabia, puede quitar el hedor de la muerte en sus manos (o alejar su conciencia).