Ahí ahí comienza con un comentario incisivo sobre el legado histórico del colonialismo y, más específicamente, símbolos como la cabeza india. Una vez que se ha establecido este contexto, la novela comienza oficialmente, contando su historia a través de una amplia gama de diversas voces nativas. Tony Loneman es el primer narrador, un joven nativo que vive en Oakland. Tony ha sufrido durante toda su vida del síndrome de alcoholismo fetal y vive con su tutora Maxine, a quien ama. Durante el resto de la Parte I, titulada Permanecer, se introducen otros personajes principales, con cada sección contada por la voz narrativa de un personaje diferente. Estos incluyen: Dene Oxendene, un cineasta en una búsqueda para contar historias urbanas de la India; Opal Viola Victoria Bear Shield, una mujer mayor que cuida a sus tres sobrinos nietos, que recuerda su infancia en Oakland y en la isla de Alcatraz durante el levantamiento indio; y Edwin Black, un joven que lucha contra la obesidad y la depresión al no poder encontrar un trabajo después de graduarse de su programa de maestría y regresar con su madre.
En la Parte II, Reclamar, Orange desarrolla aún más la trama contada por un conjunto variado de voces, presentando: Bill Davis, el novio de la madre de Edwin que lucha por mantenerse al día con los tiempos a medida que envejece; Calvin Johnson, que le debe dinero a Octavio por una redada de drogas; Jacquie Red Feather, la media hermana de Opal que lucha con el alcoholismo para reconciliar una vida de pérdida y dolor; y Orvil Red Feather, uno de los nietos de Jacquie al cuidado de Opal, que se entera de su identidad nativa por completo a través de YouTube. Cada uno de estos personajes tiene diferentes relaciones con su identidad nativa, pero todos luchan con los diversos legados del racismo y la violencia colonial. Mientras cuentan las historias, se desarrolla una trama siniestra: un plan para robar el Big Oakland Powwow y robar el dinero del premio.
En su segunda mitad, Ahí ahí acelera el ritmo y genera suspenso. Interludio comienza con otro ensayo crítico, que difumina las líneas entre el comentario histórico y la trama ficticia. El narrador describe la importancia de un powwow para la vida de los nativos y lamenta la tragedia que ocurrirá en Oakland’s. Los preparativos para esa tragedia continúan mientras Tony prepara las balas para el robo; Calvin acepta un trabajo en el comité de planificación del powwow; Dene entrevista a Calvin para su proyecto de narración; Jacquie acepta un viaje de regreso a Oakland para el powwow de su ex violador, y finalmente decide reparar la brecha con sus nietos.
Parte III, Regreso, se sumerge más profundamente en la red de personajes que Orange teje con tanta maestría. Primero regresa a Opal, quien recuerda todas las tragedias de su vida mientras conduce su ruta de camiones de correo de UPS. A continuación, un nuevo narrador, Octavio, cuenta la historia de pérdida y conexión espiritual de su propia familia. La trama se enreda aún más con las historias de Daniel Gonzales, el primo de Octavio que imprime en 3D las armas que usarán para robar el powwow; Blue, quien ha buscado a su familia nativa toda su vida, finalmente huyendo de un matrimonio abusivo y terminando en el comité de planificación del powwow; y Thomas Frank, el conserje del Indian Center que tiene un amor por el alcohol igual a su amor por tocar la batería en el powwow.
Finalmente, el clímax de la novela llega en la Parte IV: Powwow, como cada personaje converge en el Big Oakland Powwow. Orange cuenta la historia de ese fatídico evento a través de los ojos de cada personaje, mientras experimentan una nueva tragedia junto con sus seres queridos. Es aquí donde las voces dispares de la novela se entrelazan por fin.