> : Resumen
Hamilton busca contrarrestar las afirmaciones de que el presidente sería un «monarca electivo», como afirmaron los antifederalistas. Hamilton señala el hecho de que el presidente es elegido, mientras que el rey de Inglaterra hereda su cargo. Además, el presidente sólo tiene una negativa calificada sobre los actos legislativos, es decir, su veto puede ser anulado, mientras que el rey tiene una negativa absoluta. Tanto el presidente como el rey sirven como comandante en jefe, pero el rey también tiene el poder de levantar y mantener ejércitos, un poder reservado para la legislatura en Estados Unidos. El presidente solo puede hacer tratados con la aprobación del Senado. El rey puede concertar tratados vinculantes si lo considera oportuno. Del mismo modo, el presidente solo puede nombrar oficiales con la aprobación del Senado, mientras que el rey puede otorgar los títulos que quiera. Los poderes del presidente en términos de comercio y moneda están severamente limitados, mientras que el rey es «en varios aspectos el árbitro del comercio».
Hamilton sugiere además que, en muchos aspectos, el presidente tendría menos poderes sobre sus electores que el gobernador de Nueva York sobre los suyos.
Análisis
Hamilton estructura su argumento en torno a una comparación a tres bandas de la oficina de la presidencia bajo la constitución propuesta, el rey de Inglaterra y el gobernador de Nueva York. La principal preocupación de Hamilton es contrarrestar las afirmaciones de que el presidente tendría poderes proporcionales a los del monarca inglés contra quien los estadounidenses libraron una guerra. Lo hace de una manera muy específica y metódica, tomando una variedad de cuestiones y comparando los poderes del presidente y del rey.
Para que el argumento sea más relevante para la gente de Nueva York, a la que se dirige Hamilton, también presenta una comparación entre el presidente y el gobernador de Nueva York. Seguramente, la gente de Nueva York no afirmaría que el presidente bajo la constitución propuesta es un monarca electo si sus poderes son aproximadamente proporcionales a los de su propio gobernador.