Resumen y Análisis Soneto 36
Resumen
Quedan obstáculos a la amistad entre el poeta y el joven, pero el poeta ya no es engañado del todo por su joven amigo. Sin embargo, todavía mantiene que su amor mutuo es tan fuerte como siempre: «Déjame confesar que los dos debemos ser dos / Aunque nuestros amores indivisibles son uno». Lo que está más claro que nunca, sin embargo, es que el poeta está equivocado.
La indiferencia del poeta ante la continua mala conducta del joven -«esos borrones»- se convierte en un abierto desprecio, no por el joven, sino por tener que permanecer públicamente separado de él. La necesidad de separación – «despecho separable» – es una decisión que nace de la sabiduría ganada con esfuerzo. La vergüenza pública hace que el poeta quiera soportar solo su sufrimiento, absteniéndose públicamente de reconocer al joven: «Ya no puedo reconocerte, / . . . / Ni tú con pública bondad me honras». Lo que es dolorosamente evidente es que el poeta ha sido ridiculizado públicamente y que el joven continúa cortejando engañosamente el favor de los demás. En este punto de los sonetos, la relación entre los dos hombres parece unilateral e increíblemente injusta.
Glosario
dos dos seres separados.