Resumen y Análisis Soneto 35
Resumen
Mientras que en el Soneto 33 el poeta es un espectador, en el soneto anterior y aquí en el Soneto 35 el poeta reconoce su propia contribución al error de la juventud en las excusas que le ha dado a la juventud a lo largo del tiempo. El soneto 35 comienza con objetos paralelos que, si bien son hermosos, contienen algún tipo de imperfección: «Las rosas tienen espinas y las fuentes de lodo plateado». Asimismo, las nubes, que son imagen recurrente en los sonetos sobre las transgresiones morales, oscurecen tanto la noche como el día, otras imágenes predilectas del poeta. El poeta, por tanto, absuelve al joven y defiende la traición del joven.
Lo más impresionante del Soneto 35 no es que el poeta perdone al joven, sino que el poeta en realidad se culpa a sí mismo por la traición del joven más que al joven. Que se declara culpable se enfatiza en la terminología legal incorporada en el soneto: «Tu adversario es tu abogado – / Y ‘contra mí comienza un alegato legal’. El poeta admite que valoraba mucho la ausencia del joven; ahora sabe que reaccionó de forma exagerada, en parte porque «Tal guerra civil es mi amor y mi odio». Sin embargo, si el poeta cree que puede librarse de esta «guerra civil» simplemente reconociendo su existencia, los sonetos restantes lo desmienten.