soneto 148



Resumen y Análisis Soneto 148

Resumen

En el soneto 148, compañero del soneto anterior, el poeta admite que su juicio es ciego cuando se trata de amor. Nuevamente, sus ojos son falsos y perciben mal la realidad, y la razón se le ha escapado: «Oh yo, qué ojos ha puesto el Amor en mi cabeza, / Que no tienen correspondencia con la verdadera vista». Reconociendo la posibilidad de que el amor metafóricamente ciegue su juicio, entonces trata de racionalizar su situación. ¿Cómo sabe el mundo que lo que ve es falso y que lo que el mundo considera falso no es realmente cierto? Aunque el poeta admite sus defectos, no puede superar su enfermiza dependencia de la mujer y su pasión por reavivar su relación sexual.



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