soneto 141



Resumen y Análisis Soneto 141

Resumen

En el Soneto 141, el poeta habla de cómo sus sentidos lo alertan sobre el carácter deshonroso de una mujer, pero su corazón, un símbolo de sus emociones, permanece afectivamente unido a ella. Comienza el soneto negando que la mujer tenga rasgos atractivos. Sus ojos advierten “mil errores” tanto en su apariencia como en su personalidad, pero diametralmente opuesto a sus ojos está su corazón, que “a pesar de la vista se deleita en adorar”. Todos sus sentidos entran en juego en la segunda cuarteta, en la que categoriza su repugnancia por las mujeres. Estilísticamente, los tres primeros versos de esta segunda estrofa comienzan de forma idéntica con la palabra «Ni», seguida de cada uno de sus sentidos: oído («Ni mis oídos»); tocar («Sin sentimiento de ternura»); y gusto y olfato («Ni gusto ni olor»). El quid de su argumento viene en la tercera cuarteta y resume mejor la dicotomía entre sus sentidos y su corazón: «Pero mis cinco inteligencias ni mis cinco sentidos pueden / disuadir a un corazón necio de servirte». Ni la mente ni el cuerpo pueden impedir que él la ame, pero se consuela con el dolor que ella le inflige. Masoquistamente, considera su comportamiento cruel como un castigo por su comportamiento pecaminoso: «Que ella me haga pecar me da dolor». La palabra «pecado» aquí significa su escandaloso rechazo del sentido común al amarla.



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