soneto 116



Resumen y Análisis Soneto 116

Resumen

A pesar del tono confesional de este soneto, no hay ninguna referencia directa a la juventud. El contexto general, sin embargo, deja claro que la alienación temporal del poeta se refiere a la inconstancia y la traición del joven, no a la del poeta, aunque como sucede a raíz del soneto anterior, el poeta puede estar tratando de convencerse a sí mismo nuevamente de que «Ahora» ama «mejor» a la juventud. El soneto 116, entonces, parece un intento meditativo de definir el amor, independiente de la reciprocidad, la fidelidad y la belleza eterna: «El amor no es el tonto del tiempo, aunque los labios y las mejillas sonrosados ​​/ Dentro de la brújula de su hoz curva viene». Después de todas sus incertidumbres y excusas, el Soneto 116 deja pocas dudas de que el poeta está enamorado del amor.

La esencia del amor y la amistad para el poeta, aparentemente, es la reciprocidad o la reciprocidad. En el Soneto 116, por ejemplo, se hace referencia a la relación ideal como «el matrimonio de las mentes verdaderas», una unión que pueden lograr los devotos y fieles: «No me dejes en el matrimonio de las mentes verdaderas / Admitir impedimentos». El servicio de matrimonio en el Libro Episcopal de Oración Común – «Si alguno de vosotros sabe causa o sólo impedimento» – proporciona el modelo para las primeras líneas del soneto. En ellos vemos la actitud del poeta hacia el amor, que pasa a definir primero negativamente. Explica lo que no es el amor, y luego define positivamente lo que es. La «marca siempre fija» es la marca de mar tradicional y guía para los navegantes -la Estrella Polar- cuyo valor no tiene precio, aunque su altitud -su «altura»- ha sido determinada. A diferencia de la belleza física, la estrella no está sujeta a los estragos del tiempo; ni el amor verdadero, que no es «el tonto del tiempo».

El poeta introduce luego los conceptos de espacio y tiempo, aplicándolos a su ideal de amor verdadero: «El amor no cambia con sus breves horas y semanas, / Pero lo sostiene hasta el borde de la ruina». Tenga en cuenta que el verbo «alterar» se toma directamente de la línea 3, en la que el poeta describe lo que no es el amor. «Lo confirma» significa sobrevivir; «límite de perdición», Día del Juicio. Finalmente, con absoluta convicción, el poeta desafía a los demás a encontrarlo equivocado en su definición: «Si esto fuere un error y probado sobre mí, / nunca escribí, ni hombre alguno amó jamás». Lo seguro que está el poeta en sus estándares de amistad y amor, que espera que él y el joven puedan alcanzar, es evidente en este pareado final; él apuesta su propia poesía como su apuesta de que el amor es todo lo que él ha descrito como ser.



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