soneto 114



Resumen y Análisis Soneto 114

Resumen

Continuando con la dicotomía entre el ojo y la mente, el poeta presenta dos posibilidades alternativas —indicadas por la frase «O si»— de cómo funcionan el ojo y la mente. O la mente controla la visión del poeta y es susceptible de halagos, o su ojo es el amo de su mente y hace «monstruos y cosas indigestas / Esos querubines» que se asemejan a la juventud. El poeta se decide por la primera posibilidad, que su mente controle su visión; cualquier cosa que el ojo vea y cualquier comparación que haga, tu mente transforma cualquier objeto en la mejor luz de la juventud. El ojo del poeta «sabe bien» lo que concuerda con la mente del poeta «Y por su [the mind’s] el paladar prepara la copa».

Irónicamente, el poeta reconoce que comparar todo con la juventud es imprudente, porque entonces nunca juzga realmente ni a la juventud ni al mundo. Sin embargo, acepta el riesgo, pues en los dos últimos versos del soneto dice que aunque su mente se esté engañando a sí misma, al menos la hermosa apariencia del joven es consuelo para este autoengaño. En otras palabras, al poeta no le importa si algo está envenenado mientras sea hermoso; la apariencia es más importante que la sustancia.



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