soneto 106



Resumen y Análisis Soneto 106

Resumen

El soneto 106 está dirigido al joven sin referencia a ningún evento en particular. El poeta viaja a través del tiempo histórico para comparar la belleza de la juventud con la retratada en el arte creado hace mucho tiempo. No es sorprendente que argumente que ninguna belleza ha superado jamás a la de su amigo. Admirando a las figuras históricas porque le recuerdan el carácter del joven, el poeta afirma que lo que los primeros artistas consideraban belleza era solo un presagio de la apariencia insuperable del joven: «Así que todas sus alabanzas no son más que profecías / De este nuestro tiempo, todos ustedes presagiando. «

En el último pareado, el poeta compara el tiempo histórico con el presente y descubre que, si bien criticó a sus precursores por su falta de descripciones definitivas de la belleza, tampoco puede describir adecuadamente la belleza de los jóvenes. En las líneas 11 y 12, supone que los artesanos anteriores nunca habrían podido hacer justicia artística al joven: «Y, porque miraban solo con ojos de adivinación, / aún no tenían el valor suficiente para cantar». Sin embargo, admite en las dos últimas líneas del soneto que también carece de las habilidades necesarias: «Porque nosotros que ahora contemplamos el día presente, / Teníamos ojos para admirar, pero carecíamos de lenguas para alabar». Tenga en cuenta las imágenes paralelas en las últimas cuatro líneas del soneto, en las que el pasado y el presente se oponen: «Los ojos» pueden ver la belleza de la juventud, pero los artesanos anteriores no tenían la capacidad de «cantar» sobre el joven, ni el poeta tiene la capacidad de «alabarlo» adecuadamente.



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