Secciones 45-47



Resumen y análisis Secciones 45-47

La sección narrada por Moseley se presenta como un contraste final con la sección posterior narrada por MacGowan, el farmacéutico de Jefferson. Cada farmacéutico funciona como un comentario sobre el otro. Esta sección también juega un papel importante al brindarle al lector la perspectiva externa que nuevamente se necesita. Durante mucho tiempo nos quedamos con la familia Bundren. De repente, nos queda claro que Addie es solo un cadáver en descomposición que ahora tiene ocho días bajo un cálido sol de julio en Mississippi.

A través de las respuestas indignadas del sheriff Mottson y el farmacéutico, obtenemos una visión imparcial de los Bundren, lo que nos ayuda a prepararnos para la reacción de Darl en las próximas secciones. Y finalmente, que los Bundren estén comprando hormigón para arreglar la pierna de Cash nos recuerda la incompetencia de toda la familia Bundren, y nuestra opinión se ve confirmada por el horror del sheriff ante la idea de que los Bundren lleven a cabo tal tarea. La visión externa y objetiva del sheriff nos obliga a mantenernos alejados de las acciones de los Bundren y nos ayuda a analizarlas objetivamente.

La sección 46, narrada por Darl, capta esa extraña esencia que atempera toda esta parte de la novela. Si bien nunca se dice directamente, sabemos que Anse le va a poner el concreto casero a Cash porque ya compró el cemento; no usar el cemento sería una tontería. Irónicamente, Cash está mucho peor con el elenco de lo que estaría sin él.

Vardaman luego se hace cargo de la narración y aún trata de determinar las relaciones exactas entre la familia, pero su proceso de pensamiento se ve interrumpido por su preocupación por los buitres. Su preocupación, sin embargo, es realmente solo por curiosidad por ver dónde se quedan los buitres por la noche. Esta preocupación le permitirá estar presente cuando Darl incendie el granero.



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