Resumen y análisis: Song of Myself»» Secciones 20-25, líneas 389-581
El poeta declara que diga lo que diga de sí mismo, el lector debe decir de sí mismo, «de lo contrario sería tiempo perdido escuchándome». Se declara «sólido y sano», «inmortal» y «augusto», y si bien nadie es mejor que él, tampoco es peor. En la sección 21, Whitman se autoproclama «el poeta del cuerpo» y también «el poeta del alma». Es un poeta de placeres y dolores, y de hombres y mujeres. Llamando a la tierra, le agradece por haberle dado amor, a lo que amorosamente responde: «¡Pródigo, me diste amor, por eso te doy amor!/Oh amor inefable y apasionado». En la sección 22, el poeta revela que también ama el mar. Se siente en armonía con esto («Soy integral contigo»), ya que tiene tantos aspectos y estados de ánimo como él. Es el poeta tanto del bien como del mal: «No soy sólo el poeta del bien, tampoco me niego a ser el poeta del mal»; las dos cualidades se complementan. En la sección 23, el poeta afirma su aceptación de la «Realidad». Saluda a los científicos, pero admite que «sus hechos… no son mi hogar».
La Sección 24 presenta algunos de los principios básicos de Whitman. Se llama a sí mismo «kosmos». La palabra «kosmos», que significa universo, es significativa y equivale a una definición renovada del yo del poeta como el que ama a todas las personas. A través de él, se articulan y transfiguran «muchas voces largas y silenciosas» de prisioneros, esclavos, ladrones y enanos -todos aquellos sobre los que «los otros están encima». Habla también de la lujuria y de la carne, pues cada parte del cuerpo es un milagro: «El olor de esas axilas tiene un aroma más fino que la oración». En la sección 25, Whitman analiza el alcance de gran alcance del poder del poeta. Declara que «con el giro de mi lengua envuelvo mundo y volúmenes de mundo. El habla es la gemela de mi visión». Debe hablar, porque no puede contener todo lo que tiene que decir; y sin embargo, «escribir y hablar no me prueban». Lo que es se puede ver en su rostro.
La autoevaluación del poeta es la nota clave de las secciones 20-25. Se describe a sí mismo como tosco y místico. Siente que es parte de todo lo que ha conocido y visto. Es esencialmente un poeta del equilibrio, ya que acepta tanto el bien como el mal en su cosmos. Su percepción del universo, o conciencia cósmica, se expresa cuando se llama a sí mismo «un kosmos», invocando una imagen de la armonía del universo. Acepta toda vida, desnuda y desnuda, noble e innoble, refinada y tosca, hermosa y fea, placentera y dolorosa. Lo físico y lo espiritual son aspectos de su visión, que tiene una unidad orgánica como la unidad del cuerpo y el alma. Whitman se da cuenta de que tanto lo físico como lo espiritual son aspectos de lo Divino. La culminación de la experiencia del yo del poeta es el éxtasis del amor. Al contemplar el significado de la hierba en términos de experiencia mística, comprende que todos los fenómenos físicos son tan inmortales como la hierba.
Estos cantos expresan varias etapas de la experiencia mística que el poeta tiene de sí mismo. La primera etapa puede llamarse «Despertar del Ser»; el segundo, la «Purificación del Yo». La purificación implica la aceptación del cuerpo y de todas sus funciones. Esta aceptación refleja el objetivo del poeta de lograr una experiencia mística a través de la realidad física. Esto está en oposición a la visión puritana de la purificación mortificando la carne. En la filosofía de Whitman, el yo no se purifica mediante la purificación, sino mediante la aceptación de lo físico. El hombre debe liberarse de su sentido tradicional del pecado. La experiencia mística allana el camino para la fusión de la realidad física con la realidad universal.
Whitman es representante de toda la humanidad porque, dice, las voces de diversas personas hablan a través de él: voces de hombres, animales e incluso insectos. Para él, toda vida es un milagro de belleza. Las secciones 20-25 cierran con una nota que exalta el poder de expresión del poeta, pero que indica que su ser más profundo está más allá de la expresión.