Robert Frost: Poemas «Fuera, fuera» (1916) : Resumen y análisis

Un joven corta leña con una sierra circular en Nueva Inglaterra. Cerca del final del día, la hermana del niño anuncia que es hora de cenar y, por la emoción, el niño se corta accidentalmente la mano con la sierra. Le ruega a su hermana que no permita que el médico le ampute la mano, pero interiormente se da cuenta de que ya ha perdido demasiada sangre para sobrevivir. El niño muere bajo anestesia y todos vuelven al trabajo.

Análisis

Frost utiliza el método de personificación con gran efecto en este poema. La sierra circular, aunque técnicamente es un objeto inanimado, se describe como un ser consciente, gruñendo y traqueteando agresivamente mientras hace su trabajo. Cuando la hermana hace el anuncio de la cena, la sierra demuestra que tiene mente propia al «saltar» de la mano del niño en su emoción. Frost se niega a culpar al niño de la herida, que todavía es un «niño de corazón».

Además de culpar a la sierra, Frost culpa a los adultos en la escena por no intervenir y decirle al niño que «llame un día» antes de que ocurriera el accidente. Si el niño hubiera recibido una excusa anticipada de la jornada laboral, habría evitado cortarse la mano y se habría salvado de la muerte. Además, un simple descanso de media hora de su trabajo le habría permitido al niño recuperar parte de su infancia, aunque solo fuera por un momento.

El énfasis de Frost en la pasividad y la inocencia del niño en esta situación es particularmente significativo en el contexto del período de tiempo. Después de mudarse a Inglaterra con su familia, Frost se vio obligado a regresar a Estados Unidos debido al inicio de la Primera Guerra Mundial en 1915, un evento que destruiría la vida de muchos niños inocentes. Con eso en mente, este poema puede leerse como una crítica de los acontecimientos mundiales que obligaron a los niños a dejar atrás su infancia y, en última instancia, a ser destruidos por circunstancias que escapan a su control.

Después de que la mano del niño está casi cortada, todavía es lo suficientemente adulto como para darse cuenta de que ha perdido demasiada sangre para sobrevivir. Intenta “evitar que la vida se derrame” de su mano, pero incluso eso es solo un intento, ya que no se puede hacer nada. Sin embargo, sobre todo, el niño espera mantener su dignidad física en su muerte, en lugar de morir sin una mano. Una vez más, Frost canaliza los horrores que ya están ocurriendo en los campos de batalla en Europa, donde la muerte por proyectiles enemigos automáticamente carecía de dignidad.

Al final del poema, el narrador ya no tiene nada que decir sobre la tragedia de la muerte del niño. Mientras que las primeras veintiséis líneas contienen elegantes metáforas y descripciones de la escena, las últimas ocho líneas son distantes y sin emociones. El “Así que” y el “No más sobre lo que construir” del narrador revelan que incluso el narrador es incapaz de encontrar una explicación de por qué un niño tan joven tuvo que morir.

En la última línea del poema, el narrador entra en un estado de total desapego, casi como si la indiferencia fuera la única forma de afrontar la muerte del niño. Así como los soldados en el campo de batalla deben ignorar los cuerpos que los rodean y continuar luchando, la gente de esta ciudad de Nueva Inglaterra no tiene nada que hacer más que seguir adelante con sus vidas.

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