Rey Enrique IV, Parte 1



Resumen y Análisis Acto I: Escena 1

Resumen

Un exhausto rey Enrique describe los horrores de la guerra civil que soportó su reino durante los doce meses que gobernó Inglaterra. Finalmente será libre para liderar una fuerza unida de soldados ingleses para luchar contra los enemigos de la cristiandad en Jerusalén. Pero el conde de Westmoreland trae noticias que obligan al rey a posponer esta cruzada. En Gales, las fuerzas de Mortimer fueron derrotadas por Glendower y el propio Mortimer fue capturado. Además, las tropas inglesas dirigidas por el joven Henry Percy, «el valiente Hotspur», están enfrascadas en una batalla en Holmedon contra los escoceses comandados por Douglas. El rey ya se ha enterado del resultado de esta batalla, gracias a los servicios de Sir Walter Blunt. El joven Percy obtuvo una gran victoria y tomó muchos prisioneros. Esto es de hecho, como dice Westmoreland, «un logro para que un príncipe se jacte» (77). El rey responde con tristeza que desearía que su propio hijo abandonado fuera más como el valiente Hotspur. También le preocupa que ese admirable hijo del Conde de Northumberland se niegue a entregar a sus prisioneros a la Corona, sobre todo porque muchos de ellos son nobles de alto rango. Westmoreland le informa que la arrogancia de Hotspur es el resultado de la influencia de su tío: «Esta es la enseñanza de tu tío; esto es Worcester, / Malévolo contigo en todos los aspectos». El rey anuncia que celebrará el consejo en Windsor e instruye a Westmoreland para que ordene la presencia del Percy.

Análisis

El héroe titular, el rey Enrique IV, a quien conocemos y escuchamos en esta escena inicial pronunciando lo que equivale a un discurso formal, juró luchar contra los infieles en Tierra Santa poco después de la usurpación del trono de Ricardo II y su muerte. de su predecesor, de la que el propio Henrique fue responsable (Ricardo II, V.vi.3052). Principalmente, por lo tanto, es Enrique el Pecador, el hombre culpable de los atroces pecados de usurpación y regicidio, quien aparece aquí, alguien que espera expiar sus pecados yendo a Tierra Santa. Desde un punto de vista doctrinal, que nunca debe ser ignorado en las obras de teatro de crónica-historia de Shakespeare, Enrique ya sufre el castigo divino, aunque bajo la autoridad de Dios gobierna Inglaterra y merece la obediencia de todos sus súbditos. Esta fue la visión ortodoxa Tudor del siglo XVI que informa esta pieza.

Comprensiblemente, entonces, el rey Enrique parece «sacudido [and] wan con cuidado» (1), como nos dice en su discurso, abordando con vívidos detalles el «furioso final de la carnicería civil» (13). El ascenso de los galeses liderado por Glendower apunta al hecho de que Henry todavía no tiene la oportunidad de hacer penitencia por sus pecados. Y con estos problemas internos, permanece la amenaza de Escocia, todavía un reino independiente. La gravedad de esta amenaza es evidente: Sir Walter Blunt cabalgó duro para traer la noticia de la victoria de Hotspur.

Como hizo en el último acto de Ricardo II, Shakespeare ahora introduce el contraste entre el «joven Harry», el hijo mayor y heredero del rey, y el dedicado y valiente Hotspur. La frente del primero está manchada de «revuelta y deshonra» (85); el último es «el tema de la lengua de Honor, / Entre una arboleda la planta más recta» (8182). No es de extrañar que al angustiado Henry le gustaría intercambiar hijos con el conde de Northumberland, especialmente porque Hotspur ha ganado gloria no en la guerra civil sino en la lucha contra un enemigo extranjero.

En vista de la segunda referencia al aplazamiento del «propósito sagrado» del rey, el de dirigir una cruzada a Jerusalén, se deduce que el fracaso informado del Príncipe de Gales es parte del castigo de Enrique por sus pecados. Así terminaría la generación de Shakespeare.

El héroe titular se presentó en esta primera escena, y obtenemos una idea de un aspecto de su carácter; se ha señalado tácitamente la conexión entre esta pieza de crónica-historia y la anterior; y se estableció el tema dominante de la rebelión. Aunque no aparecieron ni Hotspur ni el Príncipe de Gales, los dos se enfrentaron y, como resultado, se estableció el tema secundario pero importante del honor.



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