Análisis de personajes de Queequeg
El amable arponero polinesio contribuye significativamente a los temas de amistad y diversidad de la novela. Aunque Queequeg es pagano, por definición cristiana, Ismael se da cuenta cada vez más de la dignidad independiente, el buen corazón, el coraje extraordinario y el espíritu generoso del hombre. El cuerpo de Queequeg está cubierto de tatuajes e Ishmael inicialmente asume que el aborigen debe ser un caníbal. Pronto descubre que su nuevo amigo es uno de los hombres más civilizados que jamás haya conocido. Como concluye Ismael, «No puedes esconder tu alma» (Capítulo 10).
Nacido como príncipe, Queequeg renunció a una vida tranquila en su isla natal de Kokovoko cuando se escabulló a bordo de un barco ballenero visitante e insistió en unirse a la tripulación. Su objetivo era experimentar el mundo del que solo había oído historias. Ismael también quiere ver el mundo. Lo que descubren es que el alma de un hombre es más importante que su apariencia o incluso su religión.
Ismael sintió el noble espíritu de su amigo. De hecho, casi de inmediato Ishmael reconoce el carácter noble de Queequeg, y señala que «me trató con tanta cortesía y consideración, mientras que yo era culpable de una gran mala educación». Queequeg es una síntesis de todas las características raciales y étnicas; es decir, es un símbolo de toda la humanidad. Su firma es el símbolo del infinito.
Aunque el tema de la amistad recibe menos consideración desde que pequeña navega, Queequeg salva indirectamente la vida de Ismael. Dos veces, el arponero salva a los hombres de ahogarse: un paleto que se burlaba de él y de Tashtego, otro arponero. Mientras trabaja en la bodega del barco, Queequeg tiene fiebre. Cerca de la muerte, hace que el carpintero del barco le moldee un ataúd en forma de canoa, que recuerda a los de su isla natal. Justo cuando todos perdieron la esperanza, Queequeg recuerda algunos deberes incumplidos y decide vivir un poco después de todo. El ataúd se convierte en su cofre de mar y luego, calafateado y armado, en el salvavidas del barco. Al final de la novela, cuando Moby Dick hunde el pequeñaEl ataúd del aro salvavidas aparece repentinamente en la superficie, lo que le permite a Ishmael aferrarse a él y sobrevivir hasta el final. Raquel lo rescata