Resumen y Análisis PARTE ONCE: 1945
Resumen
Frau Elena, Jutta y otras tres niñas del orfanato son enviadas a una fábrica de repuestos para máquinas en Berlín. Jutta ha recibido cartas que dicen que Werner está muerto. La vida es sombría en Berlín; los alemanes saben que están perdiendo la guerra y que los rusos están cerca de entrar en la ciudad. Anticipándose a la brutalidad rusa, las mujeres tratan de parecer menos atractivas; algunas madres ahogan a sus hijas. Cuando llegan los soldados rusos, tres de ellos encuentran a Frau Elena y las niñas escondidas y las violan.
Etienne y Marie-Laure se mudan a París, al mismo apartamento donde vivían Marie-Laure y su padre. Siguen tratando de encontrar al padre de Marie-Laure, con la esperanza de que tal vez regrese a Francia con otros liberados de las prisiones alemanas. Para lidiar con su dolor, Marie-Laure decide que quiere empezar a ir a la escuela.
Análisis
El retrato de los soldados rusos que ocupan Berlín desafía las nociones fáciles de «chicos buenos» y «chicos malos». Desde el punto de vista de las mujeres de Berlín, las rusas son «salvajes» y «cerdos». Ciertamente, la experiencia de Jutta con los hombres que la violaron es inimaginablemente vil. Sin embargo, si la guerra se lee simplemente como buena contra mala, etiquetar a los alemanes como «malos» significa etiquetar a sus enemigos rusos como «buenos». El texto de la novela tampoco permite etiquetar a alemanes y rusos como totalmente “malos”. Años más tarde, Jutta recuerda haber escuchado a uno de los hombres que la violaron recitar lo que ella cree que son los nombres de sus compañeros soldados muertos. Incluso en un acto tan horrendo como la violación, este hombre ruso es retratado lamentando la pérdida de personas que le importaban. La novela sugiere que un individuo es capaz tanto del bien como del mal.
El hecho de que las personas no son del todo buenas o del todo malas se retrata no solo en la caracterización de los soldados rusos, sino también en la caracterización de las mujeres alemanas que anticipan su llegada. Algunas madres ahogan a sus hijas para salvarlas de los rusos; su compasión se convierte en violencia y una atrocidad da paso a otra. Circunstancias como estas enfatizan el horror de una guerra que lo consume todo.