Resumen y análisis La Orestíada: Nota introductoria
A principios del siglo V, era costumbre que cada uno de los trágicos que competían en el festival de Dionisio presentara una trilogía de tres obras sobre un tema relacionado, seguida de una obra satírica. la Orestíada es el único ejemplo sobreviviente de una trilogía trágica griega y, por lo tanto, tiene una gran importancia en la historia del drama.
Cada obra de la trilogía es una unidad dramática independiente, aunque los finales de las dos primeras obras conducen naturalmente a la obra que les sigue. Cualquiera de las tres obras puede representarse sola sin mucha pérdida de comprensión, pero el significado y el efecto dramático de las obras se realzan con la producción o lectura en grupo.
Cada obra tiene su propio coro y un elenco de personajes casi separado, pero la trilogía recibe unidad al basar sus tramas en el mismo ciclo de leyendas. Además, hay ciertos temas subyacentes que continúan de un juego a otro y alcanzan su resolución completa solo al final de un juego. Las Euménides.
La idea principal de la Orestíada es que la injusticia y los instrumentos de moralidad tan primitivos como la venganza de sangre deben ser eliminados si la sociedad humana ha de alcanzar un alto nivel de organización social, lo que sólo puede lograrse introduciendo la moralidad pública y los procesos legales cívicos. Se debe llegar a un compromiso entre las viejas ideas que son buenas y las nuevas ideas que son buenas. La ciudad de Atenas, cuya diosa patrona es el espíritu de la sabiduría, es ensalzada como el modelo que la gente debe emular.
la Orestíada utiliza la leyenda de la familia de Atreo como materia prima para el examen de diferentes aspectos de este tema: cuestiones como la naturaleza de la justicia, los métodos para establecer y mantener la justicia en la tierra, la relación de la justicia con la venganza, la misericordia, la dioses, el destino y el orden social. También se ocupa de las doctrinas relacionadas de que la sabiduría sólo puede adquirirse a través de la experiencia y el sufrimiento, que un crimen invariablemente lleva a otro si el criminal no es castigado, que la sangre, una vez derramada, nunca puede ser expiada, y que la autoridad es la base de la civilización