ludovico settembrini



Análisis del personaje Ludovico Settembrini

Uno de los dos principales mentores de Castorp a lo largo de la novela, representa los ideales de la civilización occidental, el Renacimiento y la Ilustración, en resumen, la razón, la libertad individual, el humanismo y el progreso. Si bien las simpatías de Mann están con él y no con su oponente Naphta, también demuestra que Settembrini falla. Fracasa porque abraza sus ideales con demasiado fervor y pierde de vista la realidad en el proceso. Típico de muchos libertarios, condena toda manifestación concebible del metafísico, sin darse cuenta de que su propio idealismo ilimitado por la causa de la humanidad tiene orígenes metafísicos. Condena a la iglesia por su simbología, estructura jerárquica y regla de obediencia, ignorando que son precisamente estas características las que distinguen a la orden masónica de la que es miembro. También se niega a aceptar el componente sensual de la humanidad, que también juega un papel en el cumplimiento de sus sueños humanísticos. Insiste en ver a la humanidad como pura racionalidad.

La futilidad del argumento puramente intelectual se vuelve más evidente cuando se presenta a Mynheer Peeperkorn. Supera al italiano por su sola presencia.



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