El poderoso arco de Ulises, que solo él puede ensartar, es un símbolo de su legítimo lugar como rey de Ítaca y esposo de Penélope. Al encadenarlo después de que todos los demás han fallado, afirma su dominio y demuestra a los pretendientes que sus esfuerzos por quitarle su esposa y su tierra han sido en vano.
Además de ser una de las figuras más memorables y comprensivas del poema, Argos también puede verse como un símbolo de la fidelidad de la casa de Ulises en su ausencia. La implicación es que Argos no podría morir hasta que su amo regresara, debido a una lealtad incomparable hacia él; así, Penélope y Telémaco se mantuvieron leales a Ulises en su prolongada ausencia, a pesar de los muchos esfuerzos de los pretendientes para disuadirlos de esta lealtad.
Un motivo representativo de la cultura griega antigua es la disposición con la que los hogares acogían a los extraños, los vestían y los alimentaban antes de preguntar quiénes eran o cuál era su negocio. Este mismo tipo de actitud generalmente acogedora es lo que deshizo a Ulises en combinación con su arrogancia, cuando exigió un regalo de invitado a Polifemo, quien no tenía la intención ni la obligación cultural de darle tales cosas; así comenzó la cadena de acontecimientos que mantuvieron a Ulises fuera de su tierra natal durante tanto tiempo.
Cuando Circe transforma a los hombres de Ulises en cerdos, se invita a una posible lectura alegórica: debido a que los hombres se rindieron ciegamente a Circe y se atiborraron como cerdos, la transformación reflejaba tanto su verdadera naturaleza como magia perversa por parte de Circe.
El encargo de Tiresias para que Ulises complete su viaje viajando tierra adentro con un remo hasta llegar a un pueblo que lo confundiría con un abanico de aventar, momento en el que debe enterrar el remo y sacrificarse a Poseidón, es un símbolo algo resistente a la explicación. Una interpretación prometedora es que Ulises no puede hacer las paces con las profundas agonías que sufrió en su viaje a casa hasta que las haya dejado en mente y cuerpo, como lo simboliza viajar a una tierra que no sabe nada del mar: solo entonces podrá reconciliarse. consigo mismo y con los dioses.