Líneas 701-878



Resumen y análisis: Antigone Lines 701-878

Resumen

El hijo de Creonte, Hemón, le ruega a su padre que cambie de opinión y libere a Antígona para evitar ofender a los ciudadanos que la apoyan. Creonte rechaza ferozmente el consejo de su hijo y amenaza con matar a Antígona justo en frente de él. Haemon se va, declarando que Creonte nunca lo volverá a ver. Solo, Creonte le dice al coro que dejará ir a Ismene, pero tiene la intención de amurallar viva a Antígona para que muera de hambre.

Análisis

El diálogo de Hemón con su padre deja clara la inflexibilidad y arrogancia de Creonte en esta difícil situación. Respetuosamente, Haemon se acerca a Creonte y le ofrece información que debería afectar la decisión de cualquier gobernante racional. El pueblo de Tebas, informa Haemon, ha tomado a Antígona como su heroína y no tolerará su ejecución.

Nótese especialmente aquí que Hemón no suplica por la vida de Antígona sobre la base de su amor por ella o su deseo de casarse con ella. El argumento de Haemon puede provenir de cualquier consejero cercano, y la razón exige que Creonte lo escuche y lo sopese cuidadosamente.

Creonte, sin embargo, no sigue el consejo de su hijo y la conversación formal se convierte en peleas y acusaciones. Tenga en cuenta que el cargo principal de Creonte es que su hijo se convirtió en aliado de Antígona, un «cómplice de la mujer» (837) y «esclavo de la mujer» (848), en lugar del defensor de su padre, bien o mal. Haemon, como Antígona, apela a la ley superior de los dioses, pero Creonte ve la anarquía, que personifica como una mujer, como el mayor crimen de todos. Sin darse cuenta de su propio orgullo y arrogancia, Creonte lucha salvajemente con todos los que se atreven a cuestionar su autoridad.

Por mucho que condene a su hijo, la decisión de Creonte sobre el método de ejecución de Antígona indica que el argumento de Hemón tuvo algún efecto. Consciente de que no puede contar con el apoyo de la ciudad, indispensable para que Antígona sea lapidada públicamente, decide cumplir la pena de forma aislada, de forma que no involucre a los tebanos.

Además, la ejecución le conviene a Creonte porque imagina que disminuirá la fuerte pasión y el sentido de propósito de Antígona. En su tumba sellada, se regocija Creonte, Antígona puede adorar a su único dios, la Muerte, y llegar, demasiado tarde, a una clara comprensión de sus errores. Irónicamente, Creonte llegará a la misma comprensión de sí mismo al final del drama. Por el momento, sin embargo, incluso la Muerte, en opinión de Creonte, debe servir a su voluntad real.

Tenga en cuenta que el coro se preocupa por la partida repentina de Haemon, lo que sugiere que podría estar lo suficientemente enojado como para cometer algún tipo de violencia. La referencia presagia la escena en la tumba, cuando Haemon atacará a su padre antes de suicidarse.



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