Análisis del personaje de George Hurstwood
Hurstwood es un «embajador» enviado desde el mundo de la riqueza, la moda y los modales al mundo pedestre de Carrie. Dreiser usa el personaje de Hurstwood para mostrar la incertidumbre en el trabajo; porque cuando Carrie alcanza inesperadamente la riqueza y la fama, Hurstwood pierde la capacidad de mantener su estatus y se hunde gradualmente en las profundidades de la pobreza y la desesperación.
Debido a su deseo egoísta de recuperar su juventud y encontrar emociones a expensas de Carrie, Hurstwood evoca poca simpatía hasta las etapas finales de su caída. Sin embargo, él no es intencionalmente cruel. Sus buenos modales y apariencia adinerada demuestran que es un hombre de su tiempo. Sabe que su lugar en una sociedad cuidadosamente ordenada está muy cerca de la cima, y se comporta en consecuencia. Él cree que su atracción por Carrie solo resultará en un coqueteo inofensivo que beneficiaría a Carrie tanto como a él.
Sin cuestionar realmente la seguridad de su posición, simplemente elige tomar las precauciones necesarias para proteger su buena reputación. No desea alterar su relación con su familia ni causar publicidad desfavorable a sus empleadores. Simplemente quiere tener a Carrie para él solo. Sin embargo, un conjunto complejo de circunstancias y eventos lo hacen actuar completamente por impulso y se convierte en un «hombre de acción» por un tiempo.
En Nueva York, Hurstwood comienza a perder la seguridad y la confianza en sí mismo que lo hacían parecer tan duro, digno y decidido. A medida que disminuyen sus escasos recursos, a Hurstwood le resulta imposible obtener un empleo adecuado para un hombre de sus medios y posición anteriores. Él encuentra que con el aumento de la edad está perdiendo su vitalidad y motivación. Se resigna amargamente al fracaso, porque no puede comprender la mecánica de un mundo que arroja al hombre del éxito a la mendicidad. Solo parte de la culpa recae en Hurstwood; el resto proviene de la sociedad misma, con su moral opresiva y su economía bárbara.
Justo antes de las etapas finales de su ruptura, Hurstwood evoca simpatía como nunca antes. Él es entonces la sombra del hombre que una vez fue. Una y otra vez recoge las huellas de su dignidad y orgullo para buscar cualquier tipo de trabajo. Su perdición es total y completa cuando deja de lado todo su orgullo para trabajar como conductor de tranvía, solo para descubrir que incluso en esto es un fracaso.