Jacinto, Eusabio, Benito y Manuelito



Análisis de personajes Jacinto, Eusábio, Benito y Manuelito

Jacinto, Eusabio, Benito y Manuelito son cuatro hombres que representan a la población indígena y mexicana del suroeste americano como más que una traducción simplificada de los «buenos salvajes» del filósofo francés Rousseau. Jacinto sospecha de Latour al principio, pero reconoce que el cura trata a todos por igual, presentando un rostro a todas las personas. Confía en el sacerdote porque se siente libre de buscar refugio con él en una cueva sagrada india secreta. Sin embargo, no abandonará sus supersticiones indias, que probablemente terminarán con la muerte de su hijo.

Eusabio deambula por el campo con dignidad y respeto por la tierra. Impresiona a Latour enmascarando su presencia en el campo y minimizando su presencia tanto como sea posible, lo que contrasta con los intentos del hombre blanco de llamar la atención sobre su presencia. Eusabio se hace muy amigo de Latour y es el primero en darse cuenta de que el cura enfermo está en su lecho de muerte.

Benito y su familia son católicos, pero han adaptado su fe al entorno y en contra de la corrupción y codicia del cura de Albuquerque. Benito tiene íconos religiosos de madera que tienen más de sesenta años, pero atribuyó a los santos valores diferentes a los del Vaticano.

Manuelito es líder de los navajos oprimidos. Pide la intercesión de Latour en nombre de la tribu ante el gobierno estadounidense. Cuando Latour explica que no tiene poder para ayudar a los navajos, Manuelito no se da por vencido y finalmente los navajos regresan a su tierra.



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