Introducción — Infancia y Tiempo Escolar



Resumen y Análisis Libro 1: Introducción — Infancia y Tiempo Escolar

Resumen

Es un magnífico día de otoño. El poeta, en solitario, estuvo largo tiempo reprimido en Londres y recién ahora ha podido regresar al querido Distrito de los Lagos, donde pasó su infancia y adolescencia. Es difícil precisar su edad cuando comienza el poema porque el tiempo cambia constantemente de un lado a otro a lo largo de la narración. El comienzo del Libro 1 muestra a Wordsworth hablando desde un punto de vista maduro. El cuerpo del poema emplea flashbacks para describir el desarrollo de la mente poética durante la juventud. Este material se amalgama con las opiniones adultas del poeta sobre la filosofía y el arte (aquellas opiniones mantenidas durante la redacción y la revisión interminable de el preludio, aproximadamente de 1799 a 1850).

Wordsworth experimenta alivio cuando regresa a la naturaleza. Inmediatamente identifica la libertad espiritual con la ausencia de los estorbos de la civilización. Los sentimientos de libertad irresponsable y falta de propósito rápidamente dan paso a una predicción de un período inminente de optimismo y creatividad. En el delicioso silencio, Wordsworth de repente ve en su mente la cabaña de la casera con la que se quedó en la escuela. Recuerda que, aun así, tenía indicios de su futura grandeza.

Su deseo de crear una obra de arte profunda requiere una nueva disciplina de su mente, que recientemente ha sido embotada por la artificialidad de la sociedad. Menciona de pasada el temperamento típico del poeta al compararlo con un amante. Mientras evalúa sus facultades, Wordsworth descubre que tiene los tres ingredientes necesarios para la creatividad: un alma vital; conocimiento de los principios subyacentes de las cosas; y una serie de meticulosas observaciones de fenómenos naturales. Rechaza los temas históricos y marciales, así como las meras anécdotas de su historia personal. En cambio, está buscando «alguna canción filosófica que alivie nuestra vida diaria». Luego lo asaltan dudas sobre la madurez de sus puntos de vista. Si tales puntos de vista cambian radicalmente después de haberlos registrado, su análisis será inútil. En su indecisión, siente que si revisa las ideas que formó en la infancia y rastrea su historia hasta la edad adulta, descubrirá si tuvieron alguna verdad duradera y permanencia.

Recuerda algunas de sus actividades infantiles, entre ellas bañarse en el río (hacía ejercicio como un salvaje desnudo) y escalar y robar nidos de pájaros mientras deambulaba de noche. En una discusión sobre crianza simple, enfatiza la importancia de la reacción del niño a cada acción de su entorno natural sobre él. De esta manera, la naturaleza desarrolla la moralidad en el niño. Wordsworth establece el tono del poema al hablar religiosamente de la naturaleza. Él lo ve como una gran e impresionante inteligencia. Ocasionalmente comunica su estado de ánimo al lector empleando objetos naturales como símbolos de sus sentimientos.

En un famoso pasaje lleno de color, el poeta describe cómo, siendo joven, robó un bote y remó una noche a través del lago Ullswater. En el clímax de esta experiencia, imaginó que un pico más allá del lago se había convertido en una presencia que surgía y lo amenazaba por su fechoría al tomar el bote. Confiesa que, durante algún tiempo después, luchó por aclarar una concepción del panteísmo que había estado atormentando su cerebro. Se dirige a lo que él llama el espíritu del universo. Condena los artefactos de la civilización y elogia las cosas perdurables: la vida y la naturaleza.

En un apartado más literal, habla de sus aficiones juveniles y menciona los juegos de hielo invernal con un grupo de compañeros y los juegos de cartas y el tic-tac frente al fuego de turba. Pero sobre todo, trató de estar al aire libre en todo momento del año para que la naturaleza pudiera ser implacable en su crianza. Se siente particularmente perturbado cuando recuerda que ciertas vistas en Westmoreland, particularmente el mar, le proporcionaron un gran placer, aunque no había experimentado previamente el mismo tipo de alegría. Como la belleza es eterna, es posible que haya aprendido a amar tales vistas durante una existencia anterior de su alma. Luego pasa a desarrollar una teoría romántica de la estética. Sostiene que ciertos individuos crean gran arte porque, en medio de los acontecimientos mundanos, sienten la urgencia mágica en los objetos cotidianos. Las cosas insignificantes adquieren un sentido crítico más allá de su papel ordinario e instrumental. Sugieren al practicante de las bellas artes, al clérigo y al filósofo idealista que el universo tiene un diseño vasto y armonioso. El profano, por el contrario, es insensible a esta unidad de todas las cosas, y la idea debe serle comunicada.



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