Análisis del personaje Hrothgar
El rey de los daneses (Scyldings) es un hombre sabio y grande, pero ha perdido parte de su fuerza con la edad. En su apogeo, Hrothgar transformó a los Scylding en una poderosa entidad militar y social, simbolizada por la construcción de su gran salón de aguamiel, Heorot. Más como un palacio, Heorot está decorado con oro y finos tapices. Es el centro del reino de Hrothgar y un lugar de alegría y luz, que es exactamente lo que le molesta a Grendel, que ha estado invadiendo el salón durante una docena de años. Durante algún tiempo, los hombres de Hrothgar han pasado las noches en otros lugares mientras Grendel acampa libremente en Heorot.
Hrothgar se hizo famoso por su liderazgo y generosidad, importantes virtudes que están íntimamente ligadas en el mundo de la Beowulf. Cuando era un rey joven, una vez protegió al difunto padre de Beowulf, Ecgtheow, durante una disputa de sangre y compró la paz con los enemigos de Ecgtheow a través de un tipo de pago conocido como pago. Wergild, proporcionando las razones principales de la devoción de Beowulf por Hrothgar al comienzo del poema. Hrothgar también se hizo famoso por cuidar de sus propios nobles, compartiendo tesoros y tierras con ellos como el código heroico de comitatus prescribir.
El discurso de Hrothgar a Beowulf (1700 ff.) antes de la partida de los geats, conocido como «Sermón de Hrothgar», es importante desde el punto de vista temático, ya que advierte sobre los peligros de la fama y la mutabilidad del tiempo. Hrothgar habla de las tentaciones de arrogancia (orgullo excesivo) y le dice al joven Beowulf que siempre recuerde que una gran alegría es seguida por una gran tristeza. El anciano rey ofrece su propia vida como ejemplo de los cambios de fortuna que pueden surgir con la edad. Presagiando las pruebas de Beowulf más adelante en la vida, Hrothgar señala que él gobernó con éxito durante 50 años hasta que Grendel lo puso de rodillas. Beowulf, a quien Hrothgar considera un hijo, debe cuidarse del orgullo y la vejez. A lo largo del último tercio del poema, el mensaje de Hrothgar nos obsesiona y nos obliga a ver las acciones de Beowulf en el contexto del sermón.