Resumen y Análisis Acto I: Escena 3
Resumen
En los aposentos de Polonio, Laertes se prepara para regresar a la escuela en París. Aconseja a su hermana Ophelia que rechace los avances de su pretendiente, el príncipe Hamlet. Él explica que para Hamlet, ella nunca puede ser más que un juguete. Hamlet, le dice Laertes a Ofelia, tiene un rango más alto que el de ella y no puede elegir con quién pasará su vida. Para proteger su corazón y salvaguardar su honor, Laertes afirma que Ophelia debe rechazar al Príncipe Hamlet antes de que él la desflore. Ophelia regaña en broma a su hermano por tener cuidado de que no sea uno de esos «libertinos» que «no considera su propia red» (no sigue sus propios consejos).
Polonio entra y ofrece a Laertes largos consejos sobre cómo vivir en París; da rienda suelta a una serie de clichés aforísticos que enumeran lo que se debe y no se debe hacer en la vida de un joven. Laertes está de acuerdo, le dice a Polonio que realmente debe irse y le recuerda a Ophelia sus instrucciones para ella. Ella promete seguir su consejo y guardarlo a salvo en su corazón. Polonio le pregunta a Ofelia qué estaban discutiendo ella y Laertes, y ella le dice que Laertes le aconsejó sobre el Príncipe Hamlet. Polonio lanza su propia diatriba sobre el asunto, diciendo que Hamlet es un hombre apasionado que la quiere con un solo propósito y que ella debe rechazar sus avances. Ofelia promete obedecer a su padre y romper su relación con el príncipe.
Análisis
Laertes ofrece su consejo sobreprotector de manera genuina, pero su tono es el de un discurso preparado y no muestra ninguna conciencia o consideración real por los sentimientos de Ofelia. De hecho, nunca la consulta, sino que le habla en una postura metafórica que subraya su inferioridad femenina. La elección de Shakespeare del verso en blanco sobre el pentámetro yámbico para el discurso de Laertes sirve como dirección escénica para el actor que interpreta el papel. Este personaje no es un hombre de pensamiento profundo o lenguaje extravagante, sino más bien un pragmático, un cortesano cuidadoso más preocupado por la corrección que por la profundidad emocional. Shakespeare destaca muy bien el hecho de que Laertes es el contrapunto perfecto de Hamlet. Sus patrones de discurso ensayado y político están en desacuerdo con las cavilaciones emocionales, floridas y pesadas de Hamlet. Memorizó su discurso como si lo hubiera sacado de su cuaderno escolar y se nota que es vanidoso y ordinario, con capacidades intelectuales limitadas. Esta escena comienza a revelar cuán similar puede ser Laertes a Hamlet, y decididamente diferente.
Polonio vive en un mundo de espectáculos. Sus instrucciones sobre etiqueta social pueden tener sustancia ética, pero carecen de solidez práctica para Laertes. Cuando habla con Ophelia, la trata como uno esperaría que un hombre de su tiempo y estatura tratara a una hija, como una propiedad. Una mujer debe traer honor y fortuna a su familia, y la imagen que Ofelia le proyecta preocupa mucho a Polonio. Está seguro de que Hamlet nunca elegiría a Ofelia como su esposa. Así que se deleita con alusiones incoloras a las intenciones de Hamlet y acaba con cualquier esperanza que ella pueda tener de que su padre la ayude a casarse. A través de Polonio y Laertes, Shakespeare introduce otro motivo en la obra: que la autoindulgencia y la vanidad a menudo eclipsan la devoción familiar.
El dilema de Ofelia es sobresaliente en esta escena. Tanto Laertes como Polonio le dicen que el hombre que ama la está utilizando, que la descartará y que no debe confiar en su propio corazón. Es una hija obediente. Porque su padre le enseñó a ser vista y no escuchada, ella escucha y promete honrar los deseos de los hombres. Ahora no tiene más remedio que romper todas las relaciones con Hamlet. Pero, ¿y si ya han consumado su amor? ¿Y si él ya le juró que la amaba y que nunca la dejaría? ¿A quién debería creer? Aunque Shakespeare no nos dice nada que nos ayude a ver su corazón, la actriz que interpreta a Ofelia debe saber lo que siente por Hamlet. La mayoría de los críticos están de acuerdo en que Ofelia y Hamlet alguna vez fueron cercanos, que Ofelia está profundamente enamorada del príncipe y que las palabras de su padre y su hermano la hirieron profundamente. Si esta conjetura no fuera cierta, la motivación de Ofelia para sus acciones posteriores sería cuestionable.
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