Análisis del personaje de Jones
Al igual que Jorge III para los colonos estadounidenses o el zar Nicolás II para los revolucionarios rusos, Jones es la encarnación de la tiranía contra la que se rebelan los animales, y con razón. Un granjero inepto y un borracho descuidado, Jones se preocupa poco por su Manor Farm y los animales que viven allí. El primer párrafo de la novela describe a Jones olvidándose (por la embriaguez) de cerrar los agujeros de los gallineros, pero recordando tomar un vaso de cerveza antes de «caer» en un sueño ebrio. El hecho de que la rebelión se desencadene por el olvido de Jones de alimentar a los animales se suma a la impresión general de él como un amo indiferente. Durante el resto de la novela, se lo retrata como indefenso, incapaz de reclamar su propia granja y ocioso en un pub hasta su eventual muerte en la casa de un borracho.
Mucho después de que expulsan a Jones de la granja, los cerdos invocan su nombre para asustar a los otros animales y someterlos. Pregunta de Squealer: «Seguramente, camaradas, ¿no quieren que Jones regrese?» provoca una reacción instintiva en los animales, que no se dan cuenta de que el espíritu de Jones regresó, a pesar de la ausencia física del granjero.