Ensayos críticos al estilo de Wharton
El estilo de escritura de Edith Wharton se caracteriza por la sencillez y el control. Su elección de vocabulario y estructura de oraciones, que es tan dura como la vida de sus protagonistas, es engañosa. A lo largo de la novela, Wharton construye patrones de imágenes, patrones de comportamiento y palabras especialmente cargadas; todos los cuales tienen un propósito estilístico y estructural definido.
Uno de los mejores ejemplos del cuidadoso control de Wharton se ve en las descripciones de los hechos inmediatamente antes y después del destrozo. Mientras Mattie y Ethan bajan la colina en trineo, Wharton captura la emoción inicial de la velocidad y luego la frenética determinación de Ethan de llevarlos directamente al olmo. Su prosa se vuelve más lenta mientras evoca el regreso de Ethan a la conciencia. No solo en este caso, sino a lo largo de la novela, su estilo es sobrio, por lo que la forma en que se ordenan las palabras aumenta su significado sin llamar la atención sobre la inteligencia del arreglo.
Debido a que Wharton se abstiene de usar modificadores innecesarios y superfluos, sus descripciones parecen casi elípticas o incompletas. Elige adjetivos y adverbios con cuidado y los usa con poca frecuencia. Sus imágenes siempre se adecuan a las limitaciones de sus personajes y están enunciadas con sencillez y sutileza. Por ejemplo, cuando Mattie y Ethan pasan la noche juntos, Wharton usa imágenes de calor y frío para complementar la caracterización. Utiliza adjetivos relacionados con el calor cuando describe a Mattie y adjetivos relacionados con el frío para describir a Zeena. Otros ejemplos de la naturaleza elemental que se encuentran en las imágenes de Wharton son las estrellas, las estaciones, los animales, la vegetación, la luz y la oscuridad.
El uso de la estructura por parte de Wharton contribuye a la representación de la tragedia de Ethan. El prólogo y el epílogo, que tienen lugar unos veinte años después de los acontecimientos de la historia principal, están escritos en primera persona desde el punto de vista del Narrador. Estructuralmente, estas partes de la novela forman un «marco» alrededor de la historia misma; sin embargo, este marco es más que una decoración. El prólogo no solo establece la naturaleza del tema y la acción, sino que también comienza la caracterización de Zeena y Ethan Frome. También establece los estándares importantes de imágenes y simbolismo e inicia un tono de narración omnisciente en todo el cuerpo de la novela. Ethan es el único personaje que está completamente explorado.
La atención de Wharton a los pequeños detalles y su uso de la estructura para transmitir la complicada y trágica historia de vida de Ethan a los lectores le permite retratar a sus personajes como víctimas de las reglas de la sociedad.