estilo Hemingway



Ensayos críticos al estilo Hemingway

El estilo de escritura de Hemingway debe mucho a su carrera como periodista. Su uso del lenguaje, tan diferente al de, digamos, su contemporáneo William Faulkner, es inmediatamente identificable por la mayoría de los lectores. Palabras cortas, estructuras de oraciones sencillas, descripciones vívidas y detalles fácticos se combinan para crear un medio casi perfecto para sus historias atractivas y realistas. Sin embargo, sin llamar la atención sobre sí mismo, el lenguaje también resuena con emociones complejas y significados cada vez más amplios, lo que demuestra la habilidad del escritor en el uso de técnicas sutiles como patrones sofisticados; imágenes, alusiones y temas repetidos; sonidos repetidos, ritmos, palabras y estructuras de oraciones; revelación indirecta del hecho histórico; y modos narrativos mixtos.

En el interior El viejo y el mar, casi cada palabra y frase apunta a la dedicación a la artesanía y la devoción a la precisión al estilo de Santiago de Hemingway. El propio Hemingway afirmó que escribió sobre el «principio del iceberg», lo que significa que «siete octavos» de la historia estaban debajo de las partes superficiales que aparecen. Mientras escribía en El viejo y el mar refleja los esfuerzos de Hemingway por reducir el lenguaje y transmitir tanto como sea posible en la menor cantidad de palabras posible, los significados de la novela resuenan en una escala cada vez mayor. La brevedad de la historia, la trama aparentemente simple y la distancia de gran parte de los asuntos políticos de este período le dan a la novela una calidad simplista que es tan engañosa como cautivadora.

Por ejemplo, Hemingway transmite uno de los temas centrales de la novela al combinar repetidamente la convicción religiosa con la creencia en la suerte. Estas imágenes y alusiones repetidas, tantas veces yuxtapuestas, sugieren más que un esbozo propio de la cultura católica cubana, la afición al juego y la pasión por el béisbol. Tanto la religión como la suerte dependen del ritual y tienen el poder de generar la esperanza, los sueños, la fe, la absorción y la resolución que finalmente llevan a las personas más allá de sí mismas. Apoyando estas imágenes y alusiones repetidas está la repetición de ciertos ritmos y estructuras de oraciones que señalan una especie de ritual o catecismo, por ejemplo, en las conversaciones entre Santiago y Manolín o en la descripción de las acciones precisas de Santiago en su pesca o en la disposición de el pez que te alimentará.

El periodista Hemingway también se basa en resonancias de referencias históricas y fácticas para enriquecer la historia y avanzar en sus temas, una técnica utilizada por TS Eliot y James Joyce. Por ejemplo, las muchas referencias al béisbol de la telenovela permitieron a críticos como C. Harold Hurley y Bickford Sylvester señalar las fechas exactas en septiembre, cuando se desarrolla la historia; inferir mucho sobre las circunstancias culturales, económicas y sociales de Cuba en ese momento; y establecer la edad exacta de Manolín. Estas referencias hacen más que proporcionar información de fondo, establecer el contexto cultural de la historia y avanzar en la trama. Estas referencias también revelan indirectamente la motivación de los personajes, informan el diálogo y revelan las dimensiones temáticas que son parte integral de la historia.

Hemingway también se basa en la combinación de modos narrativos para lograr una distancia psíquica variable. La historia comienza y termina con una narración omnisciente en tercera persona que no profundiza en los pensamientos de Santiago. Las dos partes de la historia que tienen lugar en tierra se benefician de este reportaje controlado. Por ejemplo, la conmoción de las circunstancias de Santiago al comienzo de la historia y la tragedia de su derrota al final de la historia no se pierden en los lectores, sino que resuenan dentro de ellos sin melodrama debido a esta distancia psíquica. Por otro lado, la parte de la historia que transcurre en el mar se acerca a la perspectiva de Santiago, dejándolo hablar solo, presentando una narración en tercera persona de sus pensamientos, o desviándose sutilmente de cualquiera de estos métodos para una especie de monólogo interior o corriente limitada de conciencia. Esta perspectiva es esencial para la parte central de la historia en el mar, que es una odisea en el mundo natural, una confrontación con el orden natural, una aceptación del ciclo inevitable de la vida y una redención de la existencia del individuo. Así como la transición al pensamiento de Santiago parece lógica e intuitiva porque está solo en el mar sin nadie con quien hablar, también lo hace la transición hacia atrás porque regresa a tierra tan profundamente exhausto.



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