Resumen y Análisis Acto II: Escena 6
Resumen
Gratiano y Salarino, enmascarados y vestidos para la fiesta de Bassanio, esperan a Lorenzo bajo el techo (el «penthouse») de la casa de Shylock. Gratiano está intrigado porque Lorenzo llega tarde a su cita con Jessica; él sabe que los amantes a menudo «corren antes del banquillo de los acusados». El retraso de Lorenzo ciertamente no es característico de la mayoría de los amantes jóvenes.
De repente, Lorenzo sube corriendo al escenario, se disculpa por llegar tarde y llama a Jessica. Ella aparece arriba, vestida de niño, y le arroja un ataúd con dinero y joyas a Lorenzo. Tímidamente, dice que le da vergüenza huir con su amante mientras está vestida tan inapropiadamente como un niño. «Cupido mismo», le dice a Lorenzo, «se sonrojaría». Lorenzo le dice que debe hacer bien su papel; no solo debe ser convincente como niño, sino que también debe ser su portadora en la fiesta de Bassanio, un hecho que la desconcierta. La idea de «sostener[ing] una vela para [her] Está segura de que lo que le pide Lorenzo la llevará al descubrimiento, y siente que «debería ser oscurecida». Quiere «apretar las puertas» (como le indicó su padre), y quiere «unos cuantos ducados más».
Graciano la elogia y Lorenzo le reafirma que la amará en su «alma constante», ya que es «sabia, justa y verdadera». Jessica luego entra abajo, y los amantes y Salarino se van.
Antonio entra y, al encontrar a Graciano, le dice que no habrá «masca esta noche». El viento ha cambiado y Bassanio y sus hombres deben zarpar hacia Belmont. Gratiano admite que le alivia que no haya fiesta ni máscara. Tiene muchas ganas de estar «navegando y partiendo esta noche».
Análisis
No hay una ruptura real entre esta escena y la anterior. Cuando Shylock se va y Jessica se va momentos después, entran Gratiano y Salarino, vestidos con la máscara y portando antorchas. Gratiano, como era de esperar, es el más hablador mientras los dos chicos esperan bajo el techo de la casa de Shylock.
Cuando Lorenzo sube al escenario y Jessica aparece encima de él, una audiencia moderna seguramente pensaría en los amantes de Romeo y Julieta. Por lo tanto, el estado de ánimo romántico se establece de inmediato, excepto que esta heroína romántica está vestida con «un bonito adorno de niño». Esta fue una convención teatral isabelina popular y recurrente, y muy conveniente, ya que todos los roles de las niñas fueron interpretados por niños. Shakespeare usa esta convención de disfrazarse más tarde en esta misma obra con Portia y Nerissa disfrazadas de abogado y su secretario.
En este punto, dado que Jessica está abandonando la casa de su padre y robándola, es casi demasiado fácil, en cierto sentido, desaprobarla; Shylock realmente no nos mostró un lado verdaderamente malvado. No tome el vínculo de la «libra de carne» literalmente, todavía.