Resumen y Análisis Acto V: Escena 3
Resumen
La escena tiene lugar justo antes del amanecer en la tumba de la familia de Leonato, donde Claudio y Don Pedro deben mostrar su dolor por Hero, a quien dan por muerto. Primero, se lee en voz alta un verso que escribió Claudio y se cuelga en la tumba. La lectura es seguida por un canto de luto. Al amanecer, Claudio y Don Pedro regresan al pueblo para cambiarse de ropa para la próxima boda de Claudio, presumiblemente con la hija de Antonio.
Análisis
Las ediciones de Shakespeare difieren en quién lee el epitafio de Claudio y quién canta la canción. Por ejemplo, en la edición de Oxford University Press, Claudio lee el poema y Balthasar canta la canción; en la edición de Cambridge University Press, un señor anónimo lee y canta ambos.
La escena ofrece un contraste emocional con la escena Beatrice/Benedick que la precede y la escena feliz que la sigue.
ACTO V. Escena 3. El interior de una iglesia.
[Enter DON PEDRO, CLAUDIO, and Attendants, with music and
tapers,]
CLAUDIO.
¿Es este el monumento de Leonato?
UN SEÑOR.
Si mi señor.
CLAUDIO.
[Reads from a scroll.]
Hecho a la muerte por lenguas calumniadoras
Era el Héroe que yace aquí:
La muerte, en defensa de sus errores,
Le da fama que nunca muere.
Así que la vida que murió en la vergüenza
Vive en la muerte con fama gloriosa.
Colgar allí sobre la tumba,
Alabarla cuando soy tonto.
Ahora música, suena y canta tu himno solemne.
CANCIÓN.
Lo siento, diosa de la noche,
los que mataron a tu virgen caballero;
A lo cual, con cantos de aflicción,
Alrededor de su tumba van.
Medianoche, mira nuestro gemido;
Ayúdanos a suspirar y gemir,
Fuertemente, fuertemente:
Tumbas, bosteza y entrega a tus muertos,
Hasta que se pronuncie la muerte,
Fuertemente, fuertemente.
CLAUDIO.
Ahora a tus huesos buenas noches!
Cada año haré este rito.
DON PEDRO.
Buenos días, maestros: apaguen sus antorchas.
Los lobos atacaron; y mira, el día apacible,
Antes de las ruedas de Phoebus, alrededor
Mancha el este adormecido con manchas grises.
Gracias a todos y déjanos: buena suerte.
CLAUDIO.
Buenos días, maestros: cada uno a su manera.
DON PEDRO.
Ven, déjanos aquí, y echa otra cizaña; Y luego a Leonato
nosotros iremos.
CLAUDIO.
Y el himen ahora con una velocidad de emisión más afortunada,
¡Que aquel a quien entregamos éste!
[Exeunt.]