Resumen y análisis Parte 2: Crystal Merchant Episodio (II)
Resumen
La segunda parte comienza después de que Santiago trabaja durante un mes en la tienda del comerciante de cristales. Santiago se ofrece a construir una vitrina para el cristal, que el comerciante puede colocar fuera de su tienda para atraer clientes potenciales. El comerciante de cristales teme que los transeúntes choquen con él y rompan el cristal. Santiago responde que el negocio ha mejorado desde que empezó a trabajar en la tienda y que el tendero debe aprovechar esta tendencia. Explica la idea, aprendida del rey de Salem, de moverse cuando la suerte está de su lado: el principio de favorabilidad. Después de otros dos meses, con el escaparate afuera de la tienda generando una gran cantidad de nuevos negocios, Santiago calcula que si regresa a casa con todo el dinero que ganó, puede duplicar su rebaño en menos de un año. Además, puede comerciar con árabes en Tánger o España, porque aprendió a hablar árabe.
Al escuchar a un turista quejarse de sed después de subir la colina hasta la tienda de cristal, Santiago le sugiere al comerciante de cristal que venda té y lo sirva en el cristal, lo que a su vez les ayudará a vender más cristal. Mientras tanto, las aspiraciones de Santiago animan al comerciante a recordar sus propios sueños abandonados. Utiliza la palabra que aparecerá de forma destacada en esta sección de la novela: maktub, que significa «Escrito está». En términos occidentales, maktub significa que algo está destinado a ser, destinado a ser. Santiago y el comerciante de cristales ofrecen té en la tienda, y su empresa es un gran éxito financiero.
Después de once meses y nueve días en Tánger, Santiago ganó suficiente dinero para comprar ciento veinte ovejas, un billete de vuelta a Andalucía y una licencia para importar mercancías de África. El comerciante de cristales ha hecho lo suficiente para viajar a La Meca, una de las aspiraciones de su propia vida. Pero el comerciante le dice a Santiago «… tú sabes que no voy a La Meca. Así como tú sabes que no vas a comprar tus ovejas».
El comerciante tiene razón. Cuando de la túnica salen las piedras Urim y Tumim, Santiago recuerda a Melquisedec y sus enseñanzas. Santiago se da cuenta de que siempre puede volver a Andalucía ya la vida de pastor, pero no siempre podrá visitar las pirámides de Egipto. Decide seguir adelante en busca de su Leyenda Personal.
Análisis
En términos literarios, el comerciante de cristales es considerado el frustrar, un personaje que demuestra por contraste todo lo que es y no es otro personaje. Por ejemplo, Santiago innova y trabaja duro para mejorar la visibilidad y el atractivo de la cristalería, mientras que después de treinta años el comerciante ha dejado de intentar mejorar su negocio.
En el esquema general de las cosas, Santiago busca su Leyenda personal, mientras que el comerciante de cristales no. Una vez deseó viajar a La Meca, uno de los cinco actos requeridos de un musulmán devoto. Pero incluso después de que los cambios de Santiago en el negocio del cristal generaron suficiente dinero para hacerlo posible, el comerciante de cristales no busca La Meca. Abandonó su Leyenda Personal. A cambio, Santiago gana lo suficiente para volver a la vida que le resulta más cómoda, la de un pastor, pero decide renunciar a eso en su búsqueda para llegar a las pirámides.
la palabra árabe maktub resume la filosofía del comerciante de cristales: hace algo porque «está escrito», es decir, predestinado, y no como resultado de sus propias esperanzas y deseos. A diferencia de Santiago, vive la vida pasivamente, como alguien que reacciona ante los hechos y no como un modelador de los mismos. Coelho ofrece al lector el personaje del mercader de cristales como ejemplo de cómo no vivir, frente al ideal activo e inquisitivo que encarna El alquimistaprotagonista, Santiago.
El comerciante de cristales no es un mal hombre. De hecho, es bastante común. Pero es precisamente de su banalidad lo que advierte la novela. No es un villano, ni siquiera un antagonista; es simplemente el contrapunto de Santiago.