Análisis de personajes de Emil Sinclair
El joven protegido de Demian está lejos de ser una persona común. Reconocido por Max Demian como poseedor de la «marca» de la singularidad a la edad de diez años, Demian y otros guían a Sinclair en su búsqueda del pleno conocimiento de lo que es ser un ser humano y la realización que sigue. Hesse, en su prólogo, nos decía que cada individuo es especial. En cada uno, la naturaleza está tratando de completar el proceso evolutivo humano creando al ser humano definitivo. Sinclair sigue el desarrollo triádico utilizado constantemente por Hesse. Cae de la inocencia infantil, sufre mucho por la angustia de la vida y finalmente, a través de su agudo conocimiento de sí mismo, trasciende su desesperación a un estado de semi-armonía con la vida y el yo. Como todos los escritos de Hesse son autobiográficos en diversos grados, Sinclair, al describir sus actitudes, sufrimientos y egoísmo, puede considerarse la propia voz del autor.