Análisis de personajes dulces
Candy es «un anciano alto y de hombros encorvados … Vestía jeans azules y llevaba una escoba grande en la mano izquierda». Su mano derecha es simplemente un muñón porque perdió la mano en un accidente en el rancho. Ahora los dueños del rancho lo mantienen mientras él puede «inundar» o limpiar el cobertizo. Candy le da a Steinbeck la oportunidad de discutir la discriminación social basada en la edad y la discapacidad. Candy representa lo que le sucede a todos los que envejecen en la sociedad estadounidense: están sueltos, enlatados, tirados, usados. El mayor temor de Candy es que una vez que ya no pueda ayudar con la limpieza, será «eliminado». Como su viejo perro, vivía más allá de su utilidad.
Candy y su perro son paralelos a la relación de George y Lennie. Como el perro de Candy, Lennie depende de George para que lo cuide y le muestre qué hacer. Candy, al igual que George, se diferencia de los otros peones porque tiene a su perro como compañero constante, alguien dedicado y leal a él. Cuando el insensible Carlson sugiere que el perro de Candy se libere de su miseria, Candy renuncia a su responsabilidad ante Carlson. Más tarde le dice a George que él mismo debería haberle disparado a su perro, presagiando la decisión de George de asumir la responsabilidad de la muerte de Lennie y «ser el tutor de su hermano».
Candy también juega un papel importante en el sueño, proporcionando el dinero necesario para hacer el pago inicial. Gracias a Candy, el sueño casi se vuelve real. La entrada de Candy hace creer a George que tal vez el sueño pueda hacerse realidad. Pero ninguno de ellos cuenta con el trágico encuentro entre la mujer de Curley y Lennie en el granero. Aun así, Candy todavía piensa que puede tener su refugio seguro, un lugar donde nadie lo echará cuando sea demasiado viejo. El sueño es tan fuerte en él que le ruega a George, en vano, que se quede con su granja a pesar de la muerte de Lennie.