Análisis de personajes Dra. Masakazu Fujii
Antes del bombardeo, el Dr. Fujii es un médico compasivo y preocupado por sus pacientes y su personal. Después de sobrevivir a la explosión, continúa ayudando a quienes lo rodean, a pesar de que está terriblemente herido. Este es un cambio decidido de su estilo de vida habitual en el que se divertía y «no creía en trabajar duro». Una vez que sobrevive al bombardeo, se ve obligado a trabajar para pagar sus placeres hedonistas.
A diferencia de los otros cinco sobrevivientes, el Dr. Fujii es un médico rico con su propio hospital privado antes del atentado. Evacuó a su familia de Hiroshima antes del 6 de agosto, temiendo por su seguridad. En el resto del libro, rara vez se menciona a su familia porque sus valores parecen ser la riqueza, los placeres hedonistas y el estatus, en lugar de los valores familiares y los deberes domésticos. El bombardeo termina con esta forma de vida solo temporalmente.
A medida que la ciudad comienza a reorganizarse durante la ocupación aliada, el Dr. Fujii adquiere una nueva clínica y reconstruye su clínica. Ahora, sin embargo, sus intereses pasan por aprender idiomas para poder conversar con los oficiales de ocupación. Restaura su vida social a costa del tiempo con su familia y se rodea de enemigos de alto rango convertidos en conquistadores.
Dr. Fujii reanuda su vida de autocomplacencia y frecuenta salones de baile, casas de geishas y establecimientos de prostitución. Sus intereses incluyen el alcohol, el billar, la fotografía, el baile, el mah-jongg, el golf y el béisbol; estos intereses solo son superados por su creciente reputación como «playboy». Se une a un club de campo exclusivo y también construye un búnker de arena y una red de golf en su jardín.
Sus viajes a Estados Unidos alimentan un deseo más: ser como los médicos estadounidenses en Nueva York. Es una celebridad con su actitud jovial y modales impecables. Deseoso de emular el estilo de vida estadounidense, construye una hermosa casa y permanece rodeado de placeres.
A lo largo de su vida, la Dra. Fugii nunca promovió una vida espiritual y su familia parecía ser una distracción ocasional de sus ocupados asuntos sociales. Cuando desarrolla cáncer, parece que intenta acabar con su vida, pero falla. Sus últimos años son tristes y decadentes, y su vida termina con una nota muy diferente a la que vivió. Si bien sus primeros años fueron agradables para él, sirvieron para alejarlo de su familia y, al final, está deprimido y desconsolado, sin reservas espirituales a las que recurrir. La muerte es un espectro que no puede comprar ni escapar.