Dmitri



Análisis del personaje de Dimitri

Dmitri, el hijo mayor de Karamazov y el único varón que crece con la expectativa de convertirse en propiedad, puede considerarse la figura central de la novela. La novela gira en torno a su culpa por el asesinato de Fyodor Karamazov, y Dmitri es la persona que sufre el cambio más significativo durante el transcurso de la novela.

Dmitri no tiene las pretensiones intelectuales de Iván y no puede entender las preocupaciones metafísicas de su hermano, ni Dmitri es tan espiritual como su hermano Alyosha, aunque básicamente acepta a Dios y la inmortalidad. Él está, de hecho, mejor representado como atrapado a mitad de camino entre una especie de oposición «Madonna-Sodoma»; flota entre dos polos de existencia. Lo atraviesan impulsos de honor y nobleza, junto con impulsos hacia lo bajo y lo animal. Esta dualidad se explica en parte por la creencia de Dostoievski de que el ruso típico es capaz de amar a Dios incluso cuando peca. Dmitri, por ejemplo, declara que amará a Dios para siempre, incluso si Dios lo envía al infierno.

Una escena particularmente crucial, y que muestra la personalidad contradictoria de Dmitri, es su manipulación de los eventos para obligar a Katerina a entrar en su habitación para poder seducirla. Cuando ella llega, Dmitri no puede llevar a cabo su plan. La mejor parte de su naturaleza ganó control sobre él.

Para agravar la confusión de Dmitri está su percepción de ser arrastrado por estos extremos polares. Dice en un momento que «la belleza es una cosa terrible y terrible», lo que significa que una mujer hermosa puede despertar deseos sensuales, pero también puede, al mismo tiempo, inspirar pensamientos nobles y elevados. Es víctima de los extremos opuestos de la pasión, pero no puede comprender su origen, sus dimensiones o su propósito.

Cuando Dmitri se ve acorralado por un grave cargo del que es inocente, comienza a afrontar las consecuencias de todas sus acciones pasadas. Hasta ahora ha vivido sin importarle las consecuencias. Gastó dinero sin discreción y se jactó de su intención de robar a su padre; ahora su carácter se ve obligado a cambiar. Y es después de su interrogatorio que comienza a emerger como una figura trágica. Se da cuenta de que su vida pasada no está libre de culpa y duplicidad, y aunque es inocente del asesinato de su padre, está dispuesto a aceptar el castigo de otra persona. Este sufrimiento reformará vuestra vida, y por primera vez hay una esperanza genuina de vuestra resurrección.



Deja un comentario