Dedicación de Resumen y Análisis
Resumen
Aquellos idilios están consagrados en lágrimas y dedicados a la memoria de quienes los amaron como si vieran en ellos su propia imagen. Era un hombre que parecía, en todas sus virtudes y cualidades, ser nada menos que el caballero ideal de Arturo. Ahora se ha ido, e Inglaterra reza para que sus hijos sean tan nobles como él y dignos de su padre, Alberto el Bueno. La reina (la reina Victoria, cuyo amado esposo, el príncipe consorte Alberto, murió en 1861) debe reinar sola, en esplendor y soledad, porque él se fue, pero ella es real y perdurará. En sus líneas finales a la reina, el poeta escribe:
. . . que todo amor,
Tu amor, invisible pero sentido, te protege,
El amor de todos tus hijos te rodea,
El amor de todas tus hijas te estima,
El amor de todo tu pueblo te consuela,
¡Hasta que el amor de Dios te vuelva a poner a su lado!