Cordelia realmente ama a su padre, pero su negativa a halagarlo conduce a la tragedia que se desarrolla. Las lágrimas de Cordelia ante la noticia del trato de su padre demuestran su compasión y establecen que ella es, de hecho, lo opuesto a sus hermanas. Cordelia no tiene deseos de venganza, no necesita hacer sufrir a su padre por haberla juzgado mal. Su virtud y pureza hacen que sea fácil ver por qué a menudo se la describe como semejante a Cristo o representante de la bondad de Dios. Su respuesta a la captura de su padre y su propia captura evoca el estoicismo de los reyes y revela que Cordelia es tan real como su padre.
