Análisis de personajes Claudia y Frieda Macteer
Claudia, una de las narradoras de la novela, recuerda los acontecimientos de un año de su infancia que culminó con la violación y la locura de una amiga de once años, Pecola Breedlove. Al crecer en una familia negra cariñosa y funcional, aunque pobre, Claudia es lo opuesto a Pecola. Su reacción negativa e incluso violenta ante las muñecas blancas nos deja saber que tiene la capacidad de sobrevivir en un orden mundial invertido que le enseñaría a despreciarse a sí misma. Aunque las muñecas de extremidades rígidas, ojos azules, cabello amarillo y piel rosada le son entregadas con amor en Navidad, Claudia las resiente y las desmembra.
Claudia reconoce su propio valor interior, así como su propia violencia interior. Disfruta destruyendo muñecas blancas porque, al hacerlo, está satisfaciendo su resentimiento contra las niñas blancas y los valores blancos que la etiquetarían como negra y fea.
Claudia y su hermana mayor Frieda aprendieron sus lecciones de vida de su madre. Han aprendido a ser mujeres negras fuertes que pueden defenderse y no dejarse dominar ni lavar el cerebro por los estándares de belleza que les imponen los blancos. y mujeres negras.
Incluso cuando la Sra. MacTeer está cantando blues y quejándose de sus hijas, hay amor por toda la casa; en cambio, no hay amor en la casa de Pecola. Debido a las fortalezas y ejemplos de su madre, Claudia y Frieda pueden luchar contra las fuerzas que amenazan con destruirlas psicológicamente. Ambas chicas resienten el hecho de que no solo la sociedad blanca sino también la sociedad negra valora a las Maureen Peals del mundo. Se dan cuenta de que deben crear su propia autoestima en este mundo de belleza al que no pertenecen.