Resumen y análisis Parte 3: Capítulo 4
Resumen
James Taggart quiere celebrar. En pocas semanas, Argentina será declarada Estado Popular. Taggart ayudó a lograr un acuerdo entre políticos estadounidenses, argentinos y chilenos, mediante el cual se nacionalizarán todas las propiedades de d’Anconia Copper en estos países sudamericanos. Los políticos crearon una nueva corporación para administrar todas las propiedades industriales en América del Sur. Taggart venderá sus acciones en d’Anconia Copper y comprará acciones en la nueva empresa, lo que le reportará una fortuna.
Sin embargo, Cherryl se niega a celebrar tal victoria. En el año transcurrido desde su matrimonio con Jim, ha descubierto la verdad sobre él y la tortura la pregunta de por qué se casó con ella. Cherryl, disgustada por el deseo de su marido de romperle la columna a Francisco, sale del apartamento. Más tarde, llega Lillian Rearden. Ella le ruega a Taggart que use su influencia política para evitar su inminente divorcio de Rearden, lo que la dejará sin dinero. Pero Taggart no tiene poder para detener el divorcio. En un intento de lastimar a su esposo por última vez mientras aún es la Sra. Rearden, Lillian tiene sexo con Taggart.
Cherryl regresa a casa y se entera de que su esposo le ha sido infiel. Taggart le dice que nunca le concederá el divorcio; usará sus conexiones para evitar uno, por lo que Cherryl se quedará con él de por vida. En la discusión que siguió, su motivo para casarse con ella se vuelve claro. Cherryl entiende que su esposo es un asesino que prospera paralizando el espíritu de las personas. Ella sale corriendo ciegamente de su casa y sale a la calle. Una trabajadora social se le acerca y le predica que su desesperación es causada por el egoísmo. Este encuentro es la gota que colmó el vaso para Cherryl, que se tira al río y se ahoga.
Análisis
La naturaleza del personaje de James Taggart es el centro de este capítulo. Él cree que hará una fortuna con su último trato, que le permitirá a él y a sus amigos políticos robar a Francisco d’Anconia. Sin embargo, Taggart no quiere celebrar la promesa de ganancias financieras. Quiere conmemorar el golpe asestado a Francisco, la herida infligida a un gran hombre. Taggart disfruta de ese tipo de destrucción. Odiaba a Francis desde los primeros días de su infancia. Francisco es un prodigio que sobresale en todos los esfuerzos, físicos e intelectuales. Jim lo odia, no por sus defectos, sino por su habilidad alegre y dadora de vida. Jim está lleno de envidia, una emoción que Ayn Rand describe como odio a los buenos por ser buenos. Taggart reconoce el genio y la nobleza de espíritu de Francisco y lo odia por ello. Por esta misma razón, odia a Dagny, Ellis Wyatt y Hank Rearden.
Lillian Rearden se parece mucho a Taggart. Solo tiene un objetivo en la vida: usar la culpa, la manipulación psicológica y la traición para dañar a su esposo. Ella quiere lastimarlo de cualquier manera que pueda: criticar su trabajo y su carácter, hacer que su vida hogareña sea miserable, al tiempo que le niega el divorcio y le prohíbe Dagny, planea robar su metal, ponerse del lado de él. los saqueadores, etc. Al igual que Taggart, odia a Rearden por su estatura. La única razón por la que tiene sexo con Taggart es para tratar de lastimar a su esposo. Taggart lo sabe, y las únicas palabras pronunciadas durante el acto provienen de Taggart, quien llama a Lillian «Sra. Rearden». Herir o desfigurar la grandeza es el deseo que motiva a ambos personajes, pero ambos no tienen el poder para dañar a Rearden en este momento. Rearden desprecia a Lillian y sus acciones ya no lo afectan. Él puede defenderse completamente contra el odio de tales almas vacías.
Cherryl es una historia diferente. A diferencia de Rearden, todavía es capaz de ser herida por Taggart. Cherryl se parece a Eddie Willers de una manera fundamental. Ambos personajes tienen el alma de alguien como Dagny o Rearden, pero carecen del intelecto de los grandes productores. Entienden y aman los logros de los genios, pero no pueden crear Rearden Metal o construir la Línea John Galt ellos mismos. Cherryl tiene el alma pura de un adorador de héroes. Ella venera al hombre en su más alto y mejor momento. Ella ama la grandeza misma que James Taggart busca destruir.
Debido a que Taggart no tiene poder para dañar a Rearden o Dagny, canaliza su odio hacia la única persona que alguna vez lo admiraba. Incapaz de derrotar a los héroes, Taggart se venga destruyendo a un adorador de héroes. Cherryl carece de la destreza intelectual necesaria para defenderse de Taggart, razón por la cual se casó con ella. Cherryl es un sustituto indefenso de Francisco, Dagny, Rearden y todas las demás grandes personas que odia Taggart. Debido a que los motivos de Taggart son tan monstruosos, han permanecido ocultos para Cherryl hasta ahora. Antes, su pureza no le permitía imaginar que tal maldad existe. Cuando finalmente se da cuenta de la verdadera naturaleza de su marido, y de que está atrapada en su matrimonio, huye del apartamento. Sin embargo, Cherryl no tiene adónde ir porque Taggart y sus compinches gobiernan el mundo además de su hogar. Cuando la trabajadora social pronuncia los mismos eslóganes de autosacrificio que Taggart y los gobernantes socialistas respaldan, Cherryl se siente atrapada. Siente que no tiene adónde ir, que el código del mal domina el globo y que preferiría morir antes que existir en tales condiciones. James Taggart ha tenido éxito en su misión de atacar a los que sabe que son buenos.