Resumen y análisis Parte 2: Capítulo 20
Resumen
Tras el funeral de sus dos hijos, la salud mental y física de Fariba continúa deteriorándose. Fariba come cada vez menos y dedica cada vez menos tiempo al cuidado de la casa. Laila se toma el tiempo libre, limpia y cocina con más frecuencia que antes. A veces, cuando termina sus quehaceres, Laila se acuesta al lado de su madre. Durante estas visitas, Fariba a menudo cuenta historias de Ahmed y Noor y cómo el futuro de los niños habría sido brillante. Finalmente, Fariba admite que sabe que ha sido una madre terrible para Laila. Después de unos días de preocupación, Laila le pregunta a su madre si piensa suicidarse. Fariba dice que no; quiere vivir para ver el día en que los soviéticos sean expulsados de Afganistán, ya que significaría mucho para sus hijos. Laila se da cuenta de que eso no es motivo suficiente para que su madre quiera seguir viviendo.
Análisis
Hosseini usa la metáfora en el capítulo 20 para describir la lucha de Laila por descubrir su lugar en la vida de su madre. Al escuchar a su madre hablar sobre Ahmed y Noor, Laila ve a su madre como un museo que honra a sus hijos y a sí misma de paso, como «el pergamino en el que Mammy pretendía escribir sus leyendas». A través de esta metáfora, Laila intenta comprender su relación con sus hermanos y se da cuenta de que, al menos a los ojos de su madre, su valor no radica en quién es ella, sino en su capacidad para escuchar y recordar historias de Noor y Ahmed.
Laila usa otra metáfora al final del capítulo para agregar matices a su creciente comprensión de la relación con su madre. Laila ve sus pasos en la playa del amor de su madre constantemente arrastrados por la tristeza de su madre. Aquí, no solo se ve ensombrecida por la muerte de sus hermanos, sino también por la tristeza que los acompaña. Si bien Fariba insiste en que no se suicidará, no es por amor a Laila, sino por devoción a los recuerdos de sus hijos. A medida que surge este conocimiento en Laila, ella es capaz de equilibrarlo con el apoyo de su padre a su crianza y el reconocimiento del potencial que aún está presente en su vida.