Capítulo 11



Resumen y análisis Capítulo 11

Resumen

Ishmael y sus amigos se acercan al pueblo donde les han dicho que viven algunas de sus familias. Conocen a Gasemu, un cultivador de plátanos a quien Ishmael conoce, y acceden a ayudarlo a llevar plátanos al pueblo. A medida que se acercan, escuchan disparos, ladridos de perros y gritos de personas. El pueblo está bajo ataque; los chicos tiran los plátanos y se esconden en los arbustos. Observan el horror hasta que amaina el tiroteo. Entonces Ismael corre hacia el pueblo, que está envuelto en llamas, y encuentra cuerpos quemados irreconocibles por todas partes. Gasemu lo sigue y le muestra la cabaña donde estaba la familia de Ismael. Ismael corre pero no encuentra ningún cuerpo adentro. Ishmael ataca a Gasemu con ira y los chicos comienzan a pelear entre ellos. Las voces de los rebeldes que se acercan hacen que los chicos y Gasemu se escondan. Escuchan a los rebeldes alardear de los asesinatos, pero no se sabe si algunos aldeanos pudieron haber escapado. Los disparos comienzan de nuevo y los chicos corren hacia el bosque con balas en la espalda. Cuando los chicos finalmente se detienen, notan que Gasemu tiene múltiples heridas de bala. Lo llevan al wahlee fuera del pueblo, donde muere.

Análisis

El poder de la naturaleza es una fuerza constante en el viaje de Ishmael. Pasa las noches caminando y siente que la luna es una compañera constante. En las noches sin luna, se siente incómodo y asustado. Como los niños suelen caminar en silencio, sus sentidos se han agudizado. El ruido de la naturaleza está muy extendido, y el bosque los protege de los ataques y esconde a sus agresores. Escuchan las hojas en busca de peligro. Evalúan el viento en busca de amenazas. Buscan refugio en el bosque durante las tormentas con truenos y relámpagos.

El tema del caos de la guerra es predominante en este capítulo. Los niños están llenos de emoción y esperanza ante la perspectiva de ver a sus familias, solo para ver el pueblo arder ante sus ojos. La amenaza de violencia es constante. La incertidumbre sobre el próximo movimiento de los rebeldes crea una tensión y un miedo terribles. Como el ataque se produce justo cuando los niños se acercan a la aldea, Ishmael culpa a Gasemu, un árbol de plátanos, que retrasó su llegada al pedir ayuda para cargar plátanos. Ishmael está furioso e intenta estrangular a Gasemu. Sus amigos retienen a Ismael y Gasemu le dice que no podía saber que esto sucedería. Los chicos comienzan a pelear entre ellos incluso cuando las casas se queman a su alrededor. Discuten sobre si la demora les salvó la vida o si Gasemu tiene la culpa de la posible muerte de sus familias. Es irónico que, en un momento de puro terror y violencia, los chicos se vuelvan violentos entre sí en respuesta.

La esperanza y la pérdida están estrechamente yuxtapuestas en este capítulo. La noticia de sus familias vuelve a dar esperanza a los niños, pero justo cuando esa esperanza está a punto de hacerse realidad, el ataque de los rebeldes a la aldea provoca más pérdidas e incertidumbre. Los chicos ni siquiera están seguros de lo que han perdido; no saben si sus parientes estaban en el pueblo. Gasemu le dice a Ishmael dónde ha estado su familia, pero como no hay cuerpos dentro de la cabaña, Ishmael debe luchar con la pérdida de su familia nuevamente mezclada con la posibilidad de que hayan escapado. No está claro si no saber es peor que saber.



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