Análisis del personaje del Capitán Bluntschli
El Capitán Bluntschli es un realista de 34 años que ve más allá del absurdo romanticismo de la guerra. Además, a diferencia de los voluntarios aristocráticos que son idealistas aficionados sin entrenamiento, el Capitán Bluntschli es un soldado profesional, entrenado para pelear una guerra de una manera altamente eficiente y profesional. Estos métodos permiten a Sergio referirse a su capacidad para hacer la guerra como comercialismo de clase baja, desprovisto de honor y nobleza. Bluntschli estaría de acuerdo con esta evaluación, ya que no ve nada romántico en la matanza violenta y sin sentido de seres humanos, a pesar de su profesión.
Como soldado profesional, tiene una visión práctica y sabia (su nombre es una combinación de Ciego, más el final, que en suizo significa «dulce» o «cautivador» o «encantador»). Dada la opción de morir o salvar su vida trepando por un balcón y entrando en la habitación de una dama, decide heroicamente que no lo maten. Prácticamente sabe que un soldado profesional muerto no vale nada para nadie; así que salva su vida con el método más conveniente disponible: se esconde en el baño de una dama. Del mismo modo, dada la opción de matar a alguien o no morir de hambre, elige comer en lugar de matar; así que lleva chocolates en lugar de cartuchos, algo poco romántico pero muy práctico.
Cuando Bluntschli se entera por primera vez de la carga de caballería de Sergio y se niega a ver las acciones de Sergio de ninguna manera excepto como una demostración imprudente de falso heroísmo, revela su total practicidad y se somete a la acusación de Raina de que es «incapaz de apreciar el honor y el coraje». Sin embargo, su cuestionamiento de las acciones de Sergius hace que Raina cuestione las cualidades de Sergius.
Bluntschli tiene algunas cualidades que hacen que Raina intercambie al «noble y heroico» Sérgio a favor de él. La perfecta honestidad de Raina, de hecho, le permite relajarse y bajarse de su pedestal. La afición de Bluntschli por los chocolates en medio de la guerra es atractivamente incongruente. Su docilidad, junto con su eficiencia, lo hacen querer por los demás, especialmente por toda la familia Petkoff, y finalmente revela al grupo establecido que es un romántico incurable. Explica que podría haber devuelto el viejo abrigo, pero que quería devolverlo en persona para poder ver una vez más a la fascinante Raina. Entonces él la conquista para su «compromiso».