Acerca de la Montaña Mágica



Sobre O montaña MAGICA

Esta novela, publicada en 1924 después de doce años de trabajo intermitente, es la historia del autodesarrollo de un «simple joven». Tu héroe es el héroe de un bildungsroman. La característica de tal novela es que no se centra tanto en el héroe mismo, sino en el curso de su educación.

Incluso si se lee solo a este nivel, la novela pronto deja en claro que Mann no tenía la intención de que sus lectores tomaran la «simplicidad» del héroe al pie de la letra. Casi nadie es realmente simple o permanece así por mucho tiempo si lo miras inteligentemente. Las simplificaciones de la realidad tal como las encuentra Hans Castorp a lo largo del libro son objeto de la ironía de Mann. La realidad tal como se nos revela es antitética, y cualquiera que quiera comenzar a comprenderla debe arriesgarse a atravesar la gama de una faceta a otra de su naturaleza.

la montaña mágica es también una novela sobre la enfermedad, no sólo de individuos sino de toda una época. Donde la enfermedad aparece como un requisito previo para el crecimiento espiritual, Mann toca su tema favorito de la polaridad entre el espíritu y la vida; la trascendencia de esta polaridad en nombre del humanismo es central en la novela. Donde la enfermedad es un síntoma del deterioro moral del orden capitalista y burgués, Mann es el escritor moderno que debe preocuparse por los problemas de su tiempo. Tratar de «ver lo real en lo espiritual y lo espiritual en lo real» fue su máxima fundamental.

En un nivel aún más alto, la montaña mágica plantea preguntas sobre la naturaleza del tiempo. El tiempo es tanto el medio como el tema de la novela. En efecto, como señala el narrador, «… al plantear la cuestión de si el tiempo puede o no ser narrado, lo hicimos sólo para confesar que algo así teníamos en mente en la presente obra». Como el libro trata esencialmente de la vasta experiencia de Hans Castorp, el tiempo se concibe solo como un correlato de su experiencia.

Lo que hace el la montaña mágica tan difícil de leer es la insistencia de Mann en que el lector se convierta en parte de él. Esto ya está implícito en el Prefacio, donde se plantea la pregunta «si una narración puede parecer demasiado larga o demasiado corta debido al tiempo o espacio real que ocupa». El papel del lector es responder a las muchas asociaciones y alusiones, algunas sutilmente implícitas y otras explícitamente expresadas, que Mann emplea para mantener la coherencia. Al participar en las experiencias reales e imaginarias del héroe, el lector se convierte en el verdadero centro de la novela. En él, el mundo de la montaña mágica, ya filtrado por la visión de Hans Castorp, se mezcla con sus propios recuerdos y sueños para producir una nueva experiencia.



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