Connie, una típica adolescente vanidosa, siempre mira su reflejo en los espejos, para disgusto de su madre. Para Connie, la belleza lo es «todo» (1). Vive con su padre, su madre y su hermana matrona June. Su familia sufre de disfunción: el padre de Connie está mental y emocionalmente ausente, mientras que la madre de Connie constantemente la compara desfavorable con su hermana mayor.
Connie pasa sus tardes con amigos en la plaza comercial local. Allí visitan el autocine local de hamburguesas, donde escuchan música y coquetean con los chicos. Una noche, Connie ve a un chico de cabello negro en un convertible dorado en el estacionamiento. Él se ríe juguetonamente, «Te atraparé, bebé» mientras ella se aleja (2).
A la mañana siguiente, la familia de Connie se va a una barbacoa y ella se queda sola en casa para lavarse el pelo y escuchar música. Después de un rato, un automóvil se detiene en su camino de entrada. Ella sale a su porche para ver al chico del autocine la noche anterior. Él y su amiga, Ellie Oscar, han venido a llevarla a dar un paseo.
Connie duda, pero charla con el chico, Arnold Friend, mientras él le muestra todas las frases de jerga pintadas en su auto dorado. Arnold Friend está vestido como todos los chicos que conoce y parece vagamente familiar. Él habla de manera cantarina, recordándole las viejas letras de la música pop.
Mientras continúan hablando, Connie se da cuenta de que algo anda muy mal con su visitante. Él sabe su nombre, aunque ella nunca lo compartió, así como cuánto tiempo estarán fuera sus padres y los nombres de sus amigos. Se revela que él y Ellie Oscar son mucho mayores de lo que ella pensó originalmente, en sus treinta y cuarenta. Además, Arnold Friend parece llevar peluca, maquillaje y botas de peluche para hacerse más alto. Estos descubrimientos hacen que Connie se sienta mareada.
Connie les pide a los hombres que se vayan, pero Arnold Friend se niega a menos que ella venga con él. Se vuelve más siniestro, aparentemente describiendo en detalle las actividades de su familia en la barbacoa. Arnold Friend luego comparte sus intenciones sexuales con Connie, lo que la hace entrar en pánico y retirarse a la casa.
Arnold Friend le advierte que no use el teléfono o entrará por ella. Desde el camino de entrada, Ellie Oscar se ofrece a desconectar la línea telefónica. Connie se encuentra en la cocina, desorientada. Afuera, Arnold Friend amenaza con dañar a su familia. Intenta usar el teléfono pero se derrumba. El aliento entra y sale de sus pulmones «como si fuera algo con lo que Arnold Friend la estuviera apuñalando una y otra vez sin ternura». Cuando se recupera, él todavía la está persuadiendo de que salga de la puerta. Se da cuenta de que nunca volverá a ver a su familia.
Siguiendo su dirección, Connie vuelve a colocar el teléfono en el gancho y camina hacia él. Mientras lo hace, puede ver su cuerpo moverse hacia la puerta, como si ya no fuera el suyo. Connie se mira a sí misma empujar la puerta para abrirla. Afuera espera Arnold Friend y “las vastas extensiones soleadas de la tierra detrás de él y en todos los lados de él, tanta tierra que Connie nunca había visto antes y que no reconoció excepto para saber que se adentraba en ella” (14).