1934 “Rumores” para “Hacer calcetines”



Resumen y análisis PRIMERA PARTE: 1934 “Rumores” para “Hacer calcetines”

Resumen

Los rumores de la invasión alemana de Francia se hacen realidad y Marie-Laure y su padre se preparan para evacuar París. Marie-Laure tiene miedo de dejar todo lo que conoce, más miedo aún porque un grupo de chicos le dice que los alemanes la violarán si la atrapan.

Werner se une a las Juventudes Hitlerianas, que ahora es obligatoria para los niños alemanes. Su habilidad mecánica está mejorando y se gana una reputación en su vecindario como reparador de radios. A pesar de sus sueños de grandeza, ahora tiene 14 años y sabe que lo enviarán a las minas de carbón dentro de un año, independientemente de su talento. El gobierno nazi declara ilegal escuchar transmisiones de radio extranjeras, pero Jutta continúa haciéndolo usando la radio de Werner. Una noche, Werner sorprende a Jutta escuchando la radio y descubren que los aviones alemanes están bombardeando París.

Análisis

A medida que se avecina la guerra, la cuestión de las elecciones individuales se vuelve más importante que nunca: ¿qué poder tienen estos niños para tomar sus propias decisiones, dado su lugar en la historia? Dejar París no es una decisión de Marie-Laure, sino de su padre, e incluso esa decisión parece forzada por circunstancias fuera de su control. Mientras tanto, la «elección» de Werner de unirse a las Juventudes Hitlerianas y su «elección» de escuchar propaganda alemana en lugar de transmisiones de radio extranjeras no son realmente opciones porque se las impone el gobierno.

Si bien Werner y Marie-Laure parecen ser evidencia de que las acciones de las personas están completamente predeterminadas por sus circunstancias, Jutta complica esta comprensión. Jutta comparte la curiosidad de su hermano, pero en lugar de hacer preguntas sobre ciencia, desafía la forma en que se gobierna el mundo. Ella no confía en lo que dice el gobierno y se atreve a violar la prohibición de escuchar transmisiones de radio extranjeras. Ella es la prueba de que es posible ser un pensador independiente en la Alemania nazi. Sin embargo, a pesar de su independencia, es, en muchos sentidos, una prisionera del sistema tanto como su hermano. Su espíritu independiente no puede impedir que el Reich actúe en su nombre, y parece sentirse culpable por ser alemana cuando le dice a su hermano que «nuestros» aviones están bombardeando París.



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